Las discursividades del arte: un lugar para el dislocamiento de los dispositivos escolares
RESULTADO DE INVESTIGACIÓN: Proyecto de Doctorado “Cuerpos sociedades e instituciones a partir de la última década del Siglo XX en Colombia” - Doctorado Interinstitucional en Educación - Universidad Pedagógica Nacional UPN, Bogotá, Colombia; y Universidad del Valle, Cali, Colombia
Resumen
La escuela moderna posee formas singulares y específicas de discursividad acerca del cuerpo, que han constituido dispositivos, delimitados desde instancias propias del poder –campos de fuerza– y desde instancias propias del saber –racionalidades–. Estos dispositivos, determinados históricamente, han naturalizado prácticas corporales de sujeción o de resistencia, según se han jugado estratégicamente en ámbitos de expresión de la corporalidad. Racionalidades analógicas propias de los lenguajes artísticos parecen emerger como condición de posibilidad de una corporalidad genuina y completa.
Abstract
The modern school has singular and specific forms of discourse about the body that constitute devices that are defined by instances proper to power – power fields – and by instances proper to knowledge – rationalities. These historically determined devices have naturalized corporal practices of subjection and/or resistance depending on the way in which they have been strategically deployed in areas of corporal expression. In this scenario, analogical rationalities proper to artistic languages would seem to emerge as a condition for the possibility of a genuine and complete corporality.
Resumo
A escola moderna possui formas singulares e específicas de discursividade sobre o corpo que tem constituído dispositivos delimitados a partir de instâncias próprias do poder – campos de força – e a partir de instâncias próprias do saber – racionalidades. Esses dispositivos, determinados historicamente, tem naturalizado práticas corporais de sujeição e/ou de resistência, conforme tenham sido jogados estrategicamente em âmbitos de expressão da corporalidade. Racionalidades analógicas próprias das linguagens artísticas parecem emergir como condição de possibilidade de uma corporalidade genuína e complexa.
LA APUESTA
Las discursividades son enunciaciones sujetas a condiciones de posibilidad del saber acerca de algo, que delimitan sus funciones merced al acto mismo de enunciar. La circunstancia de acceder a la posibilidad de ser enunciado sugiere que hay un poder del saber implícito y materializado en ámbitos que suelen ser contradictorios, de luchas y enfrentamientos y de fuerzas propias de los juegos estratégicos del saber/poder. Estas discursividades dan cuenta de la unidad y la diversidad humanas, de identidades singulares y plurales, y promueven o desdibujan versiones de mundo, pues a diferencia de todo lo demás, “el hombre al existir tiene que hacerse su existencia” (Ortega y Gasset, 1983, p. 341).
Las discursividades, como enunciados de lo posible, están constituidas y son constitutivas de lo que existe y de lo que está por hacerse; por esta razón, determinan lo que se puede y no se puede decir, lo admitido y lo prohibido, lo que se aprueba y se desaprueba y lo que se dice sotto voce, pero que termina siendo un secreto a voces porque determina la propia existencia de quien lo enuncia. Las discursividades de las que hablamos están fechadas y situadas y van a darse dentro de regímenes específicos de saber/poder en la escuela moderna y a propósito de un asunto en particular: los saberes acerca del cuerpo. La racionalidad, más que un saber, es una voluntad de saber, en tanto su saber es producto de una actitud ilustrada propia de la modernidad, pero lejos de tener garantizada su verdad, se irá enredando en las lógicas de un campo estratégico de fuerzas, distante y extraño en donde queda atrapado el sujeto, inmerso en juegos móviles y desiguales que actúan al margen de esa voluntad de saber[1], siguiendo sus propias lógicas, las lógicas del poder. Esta condición de distancia del saber/poder que preside lo legítimo/ilegítimo y lo central/periférico es contexto propicio para el ejercicio de los llamados dispositivos: “se trata de pensar al sexo sin la ley y al poder sin el rey” (Foucault, 1998, p. 54)[2]
[…] hay que ser nominalista, sin duda: el poder no es una institución, y no es una estructura, no es cierta potencia de la que algunos estarían dotados: es el nombre que se presta a una situación estratégica compleja en una sociedad dada” [3].
Así entonces, el saber/poder se juega en una pugna constante de fuerzas enmascaradas entre sujetados y resistentes, pues el poder que sujeta le garantiza al poder que resiste, el material desde el cual este último actúa. Resistencia sin sujeción y sujeción sin resistencia, quedarían vacías de puntos de engranaje desde los cuales desplegar sus fuerzas transformadoras.
[1] Se hace referencia al complemento del título que da Foucault a su Historia de la sexualidad I, pues allí como aquí el saber se trata dentro de los cánones particulares de la modernidad, caracterizada por esa “voluntad de saber”. http://www.uruguaypiensa.org.uy/imgnoticias/681.pdf
[2] Foucault termina su capítulo de “La apuesta” en Historia de la sexualidad” con esta frase magistral para introducir el capítulo del “Método”, donde despliega su mirada acerca del poder.
[3] Esta frase de Foucault la usa Antonio Rodríguez Jaramillo como epígrafe de su texto El poder: una circunstancia en el pensamiento de Foucault.