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Cuerpos, narrativas, textualidades


 
RESULTADO DE INVESTIGACIÓN: Proyecto de Doctorado Cuerpos, sociedades e instituciones a partir de la última década del Siglo XX en Colombia. Doctorado Interinstitucional en Educación – Universidad Pedagógica Nacional, Bogotá, Colombia y Universidad del Valle, Cali, Colombia
 
IN - CORPORACIÓN[1]

De los cuerpos que se han de narrar a continuación les cuento el santo, pero no el milagro, el milagro corre por cuenta del lector, pues como sabemos los milagros suelen ser caprichosos. Entre la diversidad de voces que narran textualidades de lo corporal en estas escrituras, emergen, tejidos en la sospecha, la violencia, el albur y la utopía; los relatos corporales de lo animal y lo humano en los últimos cuentos de Kafka y Bolaño; la consciencia de cuerpo en la lectura de Cixous, Lispector y Foucault; la rememoración del cuerpo con Walter Benjamin; las conversaciones desde Deleuze acerca de políticas y subjetividades del Parkour como subjetivación lúdico-política de los cuerpos post-urbanos; el cuerpo y el arte en Nietzsche; la narcoliteratura de Rafael Ramírez Heredia; el cuerpo prostituido en Luisa Valenzuela; la perspectiva fenomenológica de la corporalidad a la luz de Paul Sartre; la reapropiación y resignificación del cuerpo en la práctica filosófica de Diógenes de Sínope; el derecho de las mujeres a la ciudadanía y a la instrucción pública en los escritos de Nicolás de Condorcet; los cuerpos desubjetivados con Vanessa Beecroft; la performance y el cuerpo bajo la perspectiva de Schechner y Le Breton; el tatuaje como recuento y memoria de vidas tatuadas y experiencias corporales; los cuerpos plásticos y la estética del polimorfismo sexual; el cuerpo como resto, efecto de vaciamiento del derecho en instancias post- genocidas; los cuerpos viejos y dolientes para niños en el discurso de divulgación científica de la literatura infantil; y, las narrativas acerca de la corporalidad en las terapias de medicinas alternativas, entre otras muchas, que aquí dejan rastro de mundos diversos en donde habitan seres, culturas, lugares, tiempos, texturas, etc., de muy variada índole.


EL CUERPO NO ES SIMPLEMENTE REAL... DEBE SER HECHO


Después del descrédito que experimentó la narración por parte de la ilustración (…) no hay duda de que en la actualidad y desde diversas perspectivas, la narración vuelve a ser considerada como un elemento imprescindible para la humanización del ser humano

(Dutch y Mélich, 2005: 313)


El cuerpo no es simplemente real, no está dado, debe ser hecho (Castoriadis 1992). La historicidad de su existencia es hechura de su existencialidad en la historia. Lo potente del devenir historicidad es poder “formular lo que no está, de ver en cualquier cosa lo que no está allí” (p. 130). La narración humanizante permite saber cuáles son las palabras para destrabar el silencio, cuáles las que inundan el vacío de pasiones elocuentes y cuántas de ellas son necesarias para dar cuenta del tamaño de nuestra soledad (García Márquez, 1967). Es en las trampas de lo narrado en donde cabe el atrevimiento de enfrentar nuestros fantasmas. La polifonía a la que nos referíamos, se recoge aquí, en lo que podríamos entender como escrituras encarnadas, pues allí se accede a la corporalidad a través del tacto, la vista, los sentimientos, los movimientos y las maneras de hacer de las palabras en nuestra piel. Estas escrituras de lo corporal dejan a la vista lo que el lenguaje permite expresar por medio del cuerpo, así como los discursos ajenos y lo que se esconde detrás de las palabras y de las emociones que pueden ser dichas en un intento de escritura cenestésica que se materializa en la sensación. Así lo postula Borrero cuando dice:


“(...) es decir que para pensar sobre el cuerpo es necesario replantear el pensar, desde el cuerpo. No basta con pensar sobre el cuerpo, ya que pensar sobre el cuerpo es afectar nuestro ser cuerpos. Hablamos de una epistemología que es una ética; una teoría que es una práctica. Esto modifica de manera radical lo que entendemos por conocimiento. En primer lugar, significa que no hay razón desencarnada, trascendente, consciente por completo; pues ella siempre está ligada y se origina en la percepción y la relación sensible con el mundo a través del cuerpo. Así, preguntar por el cuerpo es preguntar también de qué manera se da ese vínculo entre lo sensorial/emotivo y lo racional; cómo lo experimentamos y cómo podemos aprender a explorarlo y conocer sus posibilidades” (2013:4).


Otro modo de encarnación se da en lo que Artigas Albarelli llama textos reencarnados o el juego de la traducción, justificado en razones como entender aún mejor las voces y subjetividades que permiten conservar el legado y crear un espacio en el cual personas que no saben escribir escriben, o, favorecer una nueva forma de encuentro entre culturas, así las transcreaciones, como las llama la autora, forman una urdimbre o red de nudos en los que diferentes hilos provenientes de otros nudos se intersectan haciendo puentes entre diferentes lenguas y culturas, que permiten minimizar las limitaciones de estas diferencias y materializar el anhelo de la creatividad (2013:782).

Una posible alternativa de aproximación a las textualidades presentes, puede recogerse, en lo que los autores enuncian como sedimentaciones sociales de la corporalidad, en la forma de nichos desde donde se determinan los cuerpos merced a un sistema de ordenamiento somático que construye realidades asociadas a valores, prácticas de la cultural, ideologías, políticas, etc. Se establecen así una serie de vigilancias y controles que se inmiscuyen permanentemente en los cuerpos y que no sólo afectan la esfera pública, sino que inciden también sobre la esfera privada. Múltiples movimientos sociales a manera de revoluciones calladas se van sedimentando, dice González Bolaños, y reclaman nuevas fisuras en el campo de la lectura y la escritura de los mundos que nos habitan (2011). No hay cuerpos totales, el cuerpo no es igual para todos, el estudio del cuerpo demanda una dinámica intertextual e interdisciplinaria. Cada mirada destaca distintos signos o rasgos del cuerpo que refuerzan la idea de que el cuerpo ya no puede ser pensado como una materialidad previa ajena a la cultura y a sus códigos. “No existe más allá o más acá del discurso, del poder del discurso y del discurso del poder. Nos convertimos en un cuerpo y lo negociamos, en un proceso entrecruzado con nuestro devenir sujetos, esto es individuos, ciertamente, pero dentro de unas coordenadas que nos hacen identificables, reconocibles, a la vez que nos sujetan a sus determinaciones de ser, estar, parecer o devenir. Y de sentir y/o percibir, por supuesto; ya que el cuerpo contribuye a constituir la(s) identidad(es) con la gracia de representar el mundo en la experiencia de la percepción vivida, sin dejar de ser un objeto del mundo representado” (García Vargas, 2013:1275).


Dejamos a continuación un fragmento del texto: A modo introductorio. ¿Qué significa soñar con un enano?, de Jimena Garrido, que permite ver un poco de cada una de las somáticas narrativas que hemos puesto a la luz. Allí está el cuerpo encarnado y encarnando en su piel todas sus vicisitudes y también está sedimentada la exigencia, lo admitido, lo permitido y lo deseado, tanto del cuerpo legislado, obediente y esperado, como del cuerpo transgresor, rebelde y contestatario:


Una de las candidatas de La Chica del Verano fue Noelia Pompa, una bailarina enana bonaerense nacida en el año 1987 que ganó el último concurso del programa televisivo “Bailando por un sueño” conducido por Marcelo Tinelli con alto raiting, en el año 2011. En el verano participó en escena en la obra Stravaganzza que se presentó en Villa Carlos Paz, la obra que más tickets vendió en la temporada veraniega 2012. Según ella cuenta le costó conseguir trabajo por su condición de enana, antes de entrar en el concurso televisivo, entre otros lugares, trabajó atendiendo una quiniela, lugar donde algunas veces las personas acuden para apostar a un número que le dicta un sueño.


Modernidades: cuerpos productivos y otros diferentes.


El caso de Noelia nos aporta algunas particularidades importantes para pensar las configuraciones de corporalidades en el concurso. Que sea enana participando en un concurso de belleza de “cuerpos estándares” abre el debate sobre la diferencia de un modo especial. Este caso nos conduce a preguntarnos sobre su condición de enanitud y los usos que se hace de esta condición. Si bien siempre existieron personas de estatura especialmente baja, han variado histórica y regionalmente las significaciones hegemónicas otorgadas a estas personas. Para leer nuestras actuales prácticas en relación a “lo enano” es importante cuestionarnos algunos conceptos asociados a la modernidad y releerlos en el contexto que atendemos en este trabajo. Actuales estudios sobre la corporalidad afirman que la modernidad, como una etapa de la historia de occidente, a partir de la noción cartesiana que separa cuerpo y alma, le habría otorgado al cuerpo el lugar de objeto que la persona posee[1]. A la vez se entiende que en este proceso histórico el cuerpo que el hombre posee habría sido “domesticado” hasta convertirse en “cuerpo dócil” al servicio de la productividad fabril: “La sociedad industrial generó modelos de éxito en torno al individuo racional y la maximización de beneficios, mientras colocó en las antípodas a lo entretenido, lo cómico, la fantasía” (Reguillo, 2002: 66). [2] En este proyecto modernizador aparece la necesidad de localizar la diferencia que confirme por contraste el proceso civilizatorio y sus cuerpos “normales”: “En la medida en que se afirma la modernidad con su ideal de progreso y la conquista sobre una naturaleza a la que es posible someter a los dominios del hombre, se afirma la preocupación de los europeos sobre sí mismos y sobre la historia. En ese proceso la alteridad juega un papel fundamental y la mirada sobre otras culturas (primitivas) es una manera de construir la representación sobre la identidad como co-relato de la heterorrepresentación. Dicho en otras palabras, para pensarse a sí mismas las culturas europeas requieren de la presencia de un otro diferente y diferenciado”. (Reguillo, 2002: 66)


Es en este sentido que “lo enano”, junto a otros cuerpos alterados, puede leerse como un invento de la modernidad, la “enanidad” se construye como un cuerpo diferente al individuo occidental moderno racional. Frente a la alteridad existen diferentes reacciones, mientras algunos proyectos tratan la diferencia a partir de la exclusión u ocultamiento, otros buscan integrarlo como diferente, por ejemplo, a través de su exotización. Existen al mismo tiempo reacciones que intentan integrar la diferencia normalizándola a partir de un borramiento de sus rasgos “anormales”. Otros afirman la existencia de una diferencia ad infinitum, y proponen que las categorías de grupidad respondan a criterios de afinidad antes que de identidad. Entre estas opciones se desarrollan otras, pero podemos remarcar estas tendencias. Una vez establecidas algunas de las características para pensar la modernidad, es necesario observar prácticas particulares que complejicen la lectura sobre nuestras modernidades: ¿Qué sucede en el caso que analizamos? ¿Qué corporalidades se ponen en juego ante esta enana, que se le da lugar como concursante de la Chica del Verano, entre otras mujeres que a grandes rasgos comparten alturas y medidas cerca de los cánones de belleza actuales (1.70 mts. de altura y 90-60-90 cm de busto, cintura y cola)? (…) La mayoría de los comentarios de los usuarios del sitio del concurso, destacan la importancia de la perseverancia y el sacrificio como valores morales a seguir cuando escriben defendiendo a Noelia como la merecedora del premio y como ejemplo de vida. (…) Anteriormente veíamos cómo el valor del sacrificio se pensó como fundamental en relación a un proyecto de modernidad que se entiende valoró cuerpos dóciles capaces de, con sacrificio, productividad y rendimiento, maximizar beneficios, en oposición al mundo del placer y la fantasía. Pero el modelo de la modernidad así entendido no se corresponde linealmente con la realidad aquí observada. Si bien encontramos un refuerzo de la importancia del sacrificio para salir adelante y superarse, también encontramos una enana que baila y ofrece espectáculos de entretenimiento: en la televisión, el teatro, o en concursos de belleza. Así, no existiría en este caso un sacrifico fabril opuesto a cuerpos entretenidos, más bien habría entre ellos una solución de continuidad. Más allá de remarcar las continuidades entre entidades que se supone la modernidad habría intentado separar, aparecen otros datos -ruidos que hacen colapsar el esquema de lecturas desde estos parámetros-. Siguiendo con los comentarios, podemos ver como no todos ellos se instalan en el valor del sacrificio para pensar a Noelia, la localización de la diferencia es un proceso complejo, repleto de valores y materias yuxtapuestos (…) si bien se vuelve en algunos casos a remarcar un sistema de corporalidades bipolar en el cual se separara lo interior de lo exterior (donde la belleza puede caer en ninguno, uno o los dos lugares), lo natural de lo plástico, se vuelve a remarcar que se puede “evolucionar” y superar las anomalías (aunque seas chiquita sos muy hermosa).


Encontramos otros comentarios que exceden estas categorizaciones, sea por proponerle la posibilidad de casarse, por declarar su deseo sexual para con ella, por decir cosas “negativas” sobre ella (no la banco, enana grasa, tenés cuerpo de gnomo), por hacer chistes (en todo caso sería la chica de invierno porque todo se encoje), u otros (lo bueno viene en envase chico), estos comentarios sacan a la enana del estricto paradigma bipolar y las opciones que este ofrece para tratar la diferencia, o al menos no es tan fácil realizar una interpretación lineal de estos comentarios o fragmentos de piezas hallados. También se abren estas preguntas sobre el tratamiento de la diferencia en otros momentos observados. En los videos que promocionan a las candidatas publicados en el sitio web oficial del concurso, se repiten el tipo de tomas, por ejemplo, aquellas que con un paneo les recorren las piernas siempre mostrando que son largas y flacas. En el caso de Noelia, que obviamente carece de este atributo, la toma no se modifica y vemos rápidamente que la cámara termina de hacer el paneo por sus cortas piernas. ¿Habría un intento de desconocer sus rasgos particulares y normalizarla? ¿Habría un reconocimiento de la diferencia donde cualquier pierna podría ser paneada y convertirse en sexy? (…) (Garrido, 2012:6-12)

A modo de in-conclusión, escuchemos a Garrido, aludiendo a Julieta Infantino, cuando afirma que estos cuerpos deben leerse como cuerpos ambiguos, porque si bien por un lado adscriben a la tradición de los cuerpos grotescos que resisten la modernidad, por otro lado, representan la domesticación de la naturaleza. Estas narrativas y textualidades permiten entender la historicidad como reflexión y como voluntad (Castoriadis, 1992) porque dejan ver cómo el cuerpo recoge su potencia de su misma indeterminación. Al tiempo que es autor/actor de la historia es carne de sus historias.

BIBLIOGRAFÍA
  1. Artigas Albarelli, I. (2013). Textos reencarnados: el juego de la traducción. En: Muñiz García, E. & List Reyes, M. (Coords.). VI Congreso Internacional de Ciencias, Artes y Humanidades “El Cuerpo Descifrado” La ciencia y la tecnología en las prácticas corporales – Universidad Autónoma Metropolitana UAM / Escuela Nacional de Antropología e Historia / Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Xochimilco – Memorias – Grupo de trabajo 9, pp. 781-793.

  2. Borrero, J. y Jaramillo, E. (2013). Ejercicios para la escritura otra vez. En: Pedraza, Z. (Coord.). Giro Corporal: Primer Encuentro Nacional Investigaciones sobre “El Cuerpo” - Universidad Distrital Francisco José de Caldas / Universidad de los Andes / Universidad de San Buenaventura-Cali / Universidad de Medellín / Universidad Central / Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia / Universidad de los Llanos / Universidad Autónoma de Occidente / Universidad Tecnológica del Chocó, Bogotá – Mesa 12.

  3. Duch, L y Mélich, J.C. (2005) Antropología de la vida cotidiana. Escenarios de la corporeidad (1/2). Madrid: Editorial Trotta S.A.

  4. García Vargas, K. (2013). Escenarios de representación. Cuerpos sexuados. En: Muñiz García, E. & List Reyes, M. (Coords.). VI Congreso Internacional de Ciencias, Artes y Humanidades “El Cuerpo Descifrado” La ciencia y la tecnología en las prácticas corporales – Universidad Autónoma Metropolitana UAM / Escuela Nacional de Antropología e Historia / Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Xochimilco – Memorias– Grupo de trabajo 14, pp. 1271-1277.

  5. Garrido, J. (2012). A modo introductorio. ¿Qué significa soñar con un enano? En: Citro, S. et al. (Coords.). 1er Encuentro Latinoamericano de Investigadores sobre Cuerpos y Corporalidades en las Culturas. Facultad de Humanidades y Artes, Universidad Nacional de Rosario, Rosario, Argentina. Red de Antropología de y desde los cuerpos – Grupo de trabajo 13.

  6. González Bolaños, J.D. (2012). Tentativas sobre Benjamin y la rememoración. En: Toro Carmona, E.I. (Coord. Ed.). Páginas de Cultura. Año 4 (6). Cali: Instituto Popular de Cultura IPC / PIRKA Políticas, Culturas y Artes de Hacer, pp. 7-14.


[1] El texto que se presenta es resultado de la investigación realizada como tesis doctoral (DIE-UPN/Univalle) titulada: Cuerpos, sociedades e instituciones a partir de la última década del Siglo XX en Colombia. Allí se sistematizaron unas 1200 fuentes documentales datadas en los últimos 20 años y publicadas en congresos y encuentros colombianos y latinoamericanos cuyo tema puntual era el cuerpo. Gracias a esta abundancia escritural se pudieron identificar tendencias escriturales o modos de enunciación respecto de “algo”, en una época en particular; y dispositivos discursivos o saberes agenciados por fuerzas que lo instituyen como “régimen de verdad” y que a la vez necesitan de él para expresarse. Ej.: “los codos no se ponen en la mesa”; “no debemos contradecir a los mayores”; “la homosexualidad es una desviación”; etc.


[2] Le Breton afirma: “la concepción moderna del cuerpo implica que el hombre sea separado del cosmos, de los otros y finalmente de sí mismo” (Le Breton, 2002: 28).


[3] La autora está citando el texto de Rossana Reguillo: El otro antropológico. Poder y representación en una contemporaneidad sobresaltada. En Análisis 29. ITESO. Departamento de Estudios Socioculturales (pp. 63-79).



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