El cine; la estrategia paradigmática de trasmisión-perpetuación de los discursos de poder ...
¿que sería del logo centrismo, de los grandes sistemas filosóficos, del orden del mundo en general, si la piedra sobre la que han fundado su iglesia se hiciera añicos, si un día se supiera que el proyecto logo céntrico siempre había sido, inconfesablemente, el de fundar el falo centrismo, el de asegurar al orden masculino una razón igual a la historia de sí misma?
Entonces, todas las historias se contarían de otro modo, el futuro sería impredecible, las fuerzas históricas cambiarían, cambiarían de manos, de cuerpos, otro pensamiento aún no pensable transformará el funcionamiento de toda sociedad.”
Hélène Cixous.
Quiero comenzar argumentado las razones que me llevan a escribir esta ponencia.
En principio, fue una suerte de sensación escandalosa producida por un largometraje que me topé hace poco tiempo: Ocean`s Eleven, la que me motivó a pensar, reflexionar y escribir acerca de las estrategias de comunicación de los discursos heteronormativos. Era una especie de asombro y petrificación pues mientras asistía el filme podía ver con claridad como a través de los diferentes elementos que conformaban la narración audio visual se desarrollaba un subtexto alterno al argumento o sinopsis de la película cuyo contenido presentaba la legitimación de discursos y practicas heteronormativas de poder biopolítico; elementos que no habría percibido y que de hecho no percibí la primera vez que asistí la película, cuanto tenía 11 años de edad, la cual fue recomendada como una buena historia de acción y entretenimiento. Para mí una espectadora novata que logró sumergirse en la trama de la película la impresión que tuve fue que el filme era entretenido, que estaba bien construido y sobretodo sentí una sensación de encantamiento, el personaje principal me había enamorado de tal forma que hubiera querido estar en los zapatos de Julia Robert, su enamorada en la historia, hubiera y lucharía en mi vida por ser esa mujer. Fueron estas dos percepciones personales curiosamente antagónicas que me hacen hoy escribir esta ponencia cuya ambición es desarrollar la tesis de que a través de las estructuras imperiales que han estado sujetas al desarrollo de sociedades capitalistas se han desarrollado formas de lenguaje especializados para la comunicación de discursos biopolíticos; propongo exponer como el cine de la industria de Hollywood, específicamente, se erige como la estrategia paradigmática del imperio capitalista cuyo fin es la trasmisión y perpetuación de los discursos heteronormativos de poder. Para desarrollar esta tesis tomaré como ejemplo de reflexión el filme que me causó la necesidad de iniciar este recorrido: Ocean`s Eleven.
DESARROLLO DEL ANÁLISIS: UNA MIRADA A OCEAN`S ELEVEN
Ocean`s Eleven es la segunda versión de una película norteamericana de la década de los años 60 de nombre Once a la media noche en español, dirigida por Lewis Milestone. Designare a la versión de explicación legítima presentada por los creadores de la película, el título de discurso A, cuya trama es de tipo acción y en cuyo subtexto aparece una historia de amor entre el protagonista y uno de los actores de reparto.
La forma estructural de narración es lineal simple o historia cronológica es decir la historia se desarrolla temporalmente de forma cronológica a las vivencias de nuestro protagonista Danny Ocean. “El espectáculo dice: lo que aparece es bueno, es bueno lo que aparece” (Debord, 1967, p.4). Podemos recalcar una primera inclinación por la posición desde donde se nos narra la película gracias al tipo de estructura narrativa y es la de sentar un único punto de vista a toda la historia que parte de la mirada del personaje principal, es decir, la narración promueve considerar la historia por medio de los ojos de Danny lo que lo convierte como protagonista en una voz superior.
Entonces Ocean`s Eleven inicia con una escena que nos presenta al personaje principal Danny Ocean interpretado por George Clooney en el salón de una cárcel donde él, vestido como cualquier prisionero es interrogado antes de ser suelto en libertad. Su carácter es sagas y prepotente. Le hacen una serie de preguntas que son el argumento que abre paso a la película y al valor de cada uno de los personajes. Como telón de entrada vemos dos cosas interesantes. Por un lado Danny Ocean se nos presenta como un delincuente inocente, víctima de las armas de su mujer quien lo ha dejado y por ende lo ha hecho actuar de una mala forma; por otro lado Danny también nos asegura que ella no lo volverá a dejar, es decir, ella ha cometido un error y el volverá para demostrárselo. Es curioso como en el primer dialogo ninguna de las palabras claves en el discurso A de la película aparece, cobra importancia el estado amoroso del protagonista y los argumentos que lo llevaron a estar en prisión: su mujer. La morfología narrativa sugiere que en aproximado los 20 minutos siguientes son una presentación del contexto del filme y sus personajes, es decir, el carácter de cada uno, los espacios geográficos y ambientes donde se desarrollará la trama y las estrategias de los protagonistas para triunfar en su objetivo.
En este lapso de tiempo de introducción al contexto la tipología de la secuencia narrativa es descriptiva, se aleja de la voz superior del protagonista para contar un tiempo en el cual los diálogos no son tan enfáticos y sí las escenas y acciones que allí se desarrollan; los planos son generales o medios que exponen una perspectiva global de los personajes que actúan; donde primordialmente se crea un consenso que hace coexistir las opiniones y particularidades de los 11 amigos de Ocean, lo que genera una relación de poder equitativo entre los mismos, se validan las particularidades de cada uno como sujeto pero no se establece una pirámide de poder entre sus personajes. Cabe resaltar que esta introducción se basa en presentar a cada personaje a partir de su talento innato, por lo que todos son expertos en su campo.
La única relación de inferioridad que se avista en la introducción de la película tiene relación con un personaje protagonizado por un actor de raza negra quien tiene el oficio de mesero en un club en las vegas; lo que conecta su profesión, desprestigiada, con la raza del que la encarna, vemos que este personaje será el mensajero en la gran operación estafa ubicándolo una escala inferior del resto de los personajes hasta ahora presentados. Para dicho efecto el personaje utiliza un vestuario ordinario, la escenografía donde se encuentra es la más lumpen de todas las vistas hasta el momento y su persona no tiene voz, por lo menos en dicha escena es un personaje que tiene derecho a escuchar pero no a hablar.
Subrayemos que es el encuentro de las diferentes particularidades del lenguaje cinematográfico lo que proporciona esta perfecta compaginación de elementos discursivos que permiten hacernos una idea clara y certera de la realidad-verdad que nos enseña el largometraje; a partir del uso cuidadoso de un guion narrativo donde escenografías muy bien construidas por medio del vestuario, la música y los diálogos estructuran como explica Negri en su libro el imperio: una cosmovisión de la vida social donde están definidos todos los papeles de los sujetos en sociedad y su forma legítima de relación en comunidad.
El argumento de la película cobra un tinte de carácter heroico patriótico en la introducción, la propuesta de Danny Ocean a sus amigos puede ser analizada desde el contexto de los valores de la nación norteamericana ligados a la idea de venganza y de libertad; estos 11 amigos se convierten en libertadores de una guerra justa representada en el supuesto de venganza positiva la cual liberta al quitarle el poder productivo o económico al otro: Terry Benedic; el dueño de los casinos que pretenden asaltar y amante de Tess la exesposa de Danny. Este personaje es caracterizado por Andy García, actor de origen latino. Lo que sugiere esta puesta en escena es una política en principio de corte racial que conecta personajes con el dictado moral de lo bueno: el protagonista y su grupo de amigos actores de raza blanca, la ley norte americana y sus preceptos fundacionales versus lo malo representado en: lo foráneo, el actor latino: ladrón de los beneficios que deben ser conservados a los nativos blancos, despojador de bienes a los norteamericanos y su compañero, el actor de raza negra que aunque sirve de compañero fiel al hombre blanco sigue siendo su esclavo, su mesero, su asistente.
En el inicio de la segunda parte de la morfología narrativa: el desarrollo; se presenta otro personaje fundamental que representa una forma de la mercancía tangible en un producto que Ocean pretende. Aparece Tess en un primer plano de sus piernas que después subirá para dejar ver su corta falda roja mientras baja las escaleras principales del casino en busca de su dueño, Benedic. Es toda una femme fatale, bien parecida, prototipo blanco, madura y con estabilidad económica dada gracias a su compañía amorosa Terry Benedic, quien la ha contratado para que trabaje en el museo de su casino como curadora.
Cabe señalar que al contrario de los otros personajes Tess no es importante por ningún tipo de cualidad o destreza manual o intelectual más que por sus atributos físicos; además la relación 11:1 once hombres y una mujer la ubican en un lugar privilegiado donde parecer ser afortunada al compartir su espacio con personajes tan ilustres e inteligentes con los que ella no puede competir más que evidenciando su figura a través del uso de la seducción y el deseo como un fetiche.
De nuevo aunque el argumento nos prometa un filme cargado de acción las escenas principales reproducen e instauran un discurso biopolitico de poder. Aunque ciertamente el filme construye atractivamente un serie de escenas enfocadas en desenredar la trama del robo que son la segunda parte de la morfología narrativa, las formas de perpetuar el discurso son enfáticas a la vez que diplomáticas, hacen uso de una serie de estereotipos que ya validamos como figuras paradigmáticas para legitimar su posición en el espacio. Por esto Danny Ocean Y Tess son actores reconocidos, varias veces ganadores de premios en festivales de cine y sus personajes conservan caracteres que muchos quisiéramos imitar, pues se estructuran como figuras ejemplarizantes y envidiables de la vida social. Ésta, una de las formas de recalcar el lenguaje especializado de lo diplomático: los estereotipos y sus cualidades subjetivas como personajes; para esto el uso adecuado de símbolos ya instaurados por la cultura es fundamental: vestido rojo, postura distinguida, personalidad seductora para la actriz y personalidad carismática, inteligencia, elegancia y experiencia para el protagonista.
Hemos observado como a partir de diferentes características del lenguaje cinematográfico se puede estructurar una tipología narrativa de tipo espectacular que permite trasmitir y perpetuar códigos biopoliticos de poder sobre el cuerpo y la vida social. El cine ontológicamente permite la asociación de recursos que resultan atractivos al ojo y al oído humano. El gusto por las historias no es una moda moderna, los seres humanos se han reunido desde tiempos remotos alrededor de la hoguera a contar historias, a escucharlas; y ese ritual que fuera moderado por el chamán construía desde tiempos antiguos la cosmogonía imperante en su tribu; pues bien, la imagen y el método como dice George Didi-Huberman supervive en los tiempos modernos a través del cine mejorando y ajustando la calidad del sonido y la trascendencia del chaman vuelto maquina; ciertamente el lenguaje se especializa a través de métodos diplomáticos e hipócritas, la historia solo es una herramienta de distracción que nos permite narrar una sola forma de mundo, una sola historia, un punto de vista incuestionable.
Culminaré haciendo un breve análisis a modo de conclusión de los valores y significantes que se adjudican a cada uno de los personajes que redondean la estructura biopolitica de poder. Una estructura social dominante debe a través de las acciones y el discurso darles valores y significantes específicos a los personajes, quienes actúan como en la relación Cristo-Espíritu santo, como el cuerpo de un espíritu superior (en el caso de Danny) o inferior (en el caso de Tess) de poder, es decir los personajes terminan siendo elementos sobre los que recae una lógica discursiva, son herramientas que permite una designación clara de conceptos que además aplican a sus figuras como verdades Biológicas (haciendo uso del método científico para trasmitir verdad).
Así Danny, el protagonista, carismático, inteligente, caracteriza el poder superior, es decir: el discurso; afirmando el tinte religioso es Dios. Debajo de Danny se encuentra Terry Benedic, otra forma de poder de carácter negativo, un discurso en la periferia, el diablo. Debajo, en el segundo escalón de la pirámide encontramos la estrategia, es decir, las armas tangibles del discurso, la manera de actuar o la lógica de acción legítima: lo ilegal o lo corrupto que se trasmite y es presente en todos los personajes de la estafa. Seguidamente, en el tercer escalón de la pirámide vemos el cuerpo de trabajo, el proletariado, el equipo, los discípulos, vuelvo a la analogía religiosa porque considero que la película utiliza de hecho una formación estructural religiosa para contar esta cosmovisión, vuelve a los orígenes o como señala George Didi-Huberman el nuevo testamento supervive en el grupo de personajes que desarrollan esta historia, así los 10 discípulos de Cristo (Danny) están ahí para velar por que la misión se cumpla a cabalidad y esta es: la trasmisión de un discurso masculino heteronormativo.
Finalmente, En la base de la pirámide encontramos la mercancía, el flujo de capital presente en el intercambio de poder y representado por El dinero y Tess; figura femenina que además cierra el discurso superviviente de lo religioso a la que podríamos relacionar con dos figuras, en el inicio de la película con María Magdalena, puta, rebelde, imagen de seducción; al final convertida por el poder del padre en una Virgen delicada, suave de tonos pastel, amante del señor imagen de santidad.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Debord, (1967). La sociedad del espectáculo. Madrid: Pre-textos.
Cabral, Blanca Elisa (2009). Sexo poder y género. Caracas: fundación editorial El perro y la Rana.
Didi-Huberman, George (2011). La imagen superviviente. Editorial Barcelona, España.
Weintraub, J. (productor) & Soderbergh, S. (director). (2001). OCEAN’S ELEVEN [cinta cinematográfica]. EEUU: WARNER BROTHERS ENTERTAINMENT.
La autora: Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia / madamedadamv@gmail.com
*Tomado del Archivo Documental “Cuerpos, sociedades e instituciones a partir de la última década del Siglo XX en Colombia”. Mallarino, C. (2011 – 2016). Tesis doctoral. DIE / UPN-Univalle.