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La politización del cuerpo: subjetividades trans en resistencia



 

RESULTADO DE INVESTIGACIÓN: Tesis doctoral: “Cuerpos en resistencia: corporalidad, resistencia y poder en los movimientos sociales Latinoamericanos. Estudio comparativo México-Colombia”- Universidad Nacional Autónoma de México UNAM, México D.F., México

 

RESUMEN*


Se indaga por la experiencia del cuerpo trans (transgénero o transexual), cuya “artificialidad” interpela los órdenes del sujeto en la modernidad. El estudio se ubica en el contexto de dos ciudades latinoamericanas: México D. F. y Bogotá. Se plantea un vínculo entre la corporalidad trans, la biografía y los nombramientos de unas subjetividades que devienen tensión al orden somático moderno, tanto en sus versiones de docilidad y disciplinamiento, como también de hiperestesia y consumo. Así, la intervención singular sobre un cuerpo se torna en politización macro en el ámbito de lo público.


Palabras claves: cuerpo, corporalidad, subjetividad, modernidad, barroco, resistencia.


RESUMO


Indaga-se pela experiência do corpo trans (transgênero ou transexual), cuja “artificialidade” interpela as ordens do sujeito na modernidade. O estudo tem lugar no contexto de duas cidades latino-americanas: México D. F. e Bogotá. Expõem-se um vínculo entre a corporalidade trans, a biografia e as nomeações de umas subjetividades que devêm tensão à ordem somática moderna, tanto em suas versões de docilidade e disciplinamento, como também de hiperestesia e consumo. Assim, a intervenção singular sobre um corpo se torna politização macro no âmbito do público.


Palavras-chaves: corpo, corporalidade, subjetividade, modernidade, barroco, resistência.


ABSTRACT


The article researches the experience of the trans body (transgender or transsexual) whose “artificiality” questions the role of the subject in modernity. The study is located in Mexico D.F. and Bogotá. A link is set out between the trans corporeality, the biography and the naming of some subjectivities that tension the modern somatic organization, in both docile and disciplined attitudes, as well as hypersthetic and consumerist. Thus, the individual intervention on a body turns into the macro politization in the public environment.


Key words: body, corporeality, subjectivity, modernity, baroque, resistance.



En el 2008, la prensa local anunció el “primer matrimonio transexual” en México. Se trataba de la unión entre Mario y Diana, quienes se casaron ante el juez civil el 17 de mayo en el Distrito Federal (D. F.) La particularidad de esta boda es que la novia legalmente se llamaba José Guerrero y el novio María del Socorro Sánchez. Si bien ambos refieren jocosamente muchos intentos previos de Mario para obtener el “sí” de su amada, fue una nota de prensa en el diario Milenio lo que precipitó la decisión: entre muchas otras cosas, él, que estaba siendo entrevistado por ser un hombre transexual (transitó de mujer a hombre), comentó que pensaba casarse con Diana —su novia también transexual (de hombre a mujer)—. Así, de pronto su unión se convirtió en noticia.


En el cartel de invitación a su boda, titulado “El amor no discrimina” (figura 1), ellos expresaban que debido a un “vacío jurídico” se casaban con sus nombres “oficiales”: “Esperando adecuar en un futuro esta incongruencia mediante la aprobación de la iniciativa de ley para el reconocimiento jurídico de las personas transexuales y transgénero”.


Pasadas las fotos de la prensa y el barullo inicial, podría afirmarse que la boda lució como cualquier otra. Si bien la decoración tenía una gran bandera con los colores del arco iris gay, y la fecha coincidió con el día mundial contra la homofobia, lejos de ser un mitin fue un matrimonio con novios que bailaron el vals, una novia que como siempre en estos casos fue elogiada por su belleza, y familiares y amigos que compartieron un pastel coronado con una pareja de dulce. Al final de la fiesta recuerdo ver a un par de niños jugando con globos y adornos.


¿Qué hace de una historia de amor un acto político? En este caso es obvio que el vínculo matrimonial presentaba características incongruentes que fueron aprovechadas para el impulso de una ley de reconocimiento de identidad. Tanto la corporalidad de una novia femenina como la de un novio bastante masculino no correspondían con los nombres legales por género, con lo que la identificación resultaba equívoca. Los contrayentes del vínculo no se sentían esos que su documentación decía y, sin embargo, decidieron recurrir al procedimiento jurídico instaurado para formalizar su unión. De hecho, la celebración misma ocurrió en un “formato” si se quiere tradicional. Lo bizarro de la situación fue justamente exaltado para demostrar aquello que se consideraba como un vacío de ley respecto al cambio de identidad de sexo-género.


Por esa misma época, en Bogotá, Colombia, otra Diana [1] se movilizaba intensamente en distintas instancias de la Alcaldía Mayor con miras a lograr que de acuerdo con el Plan de Ordenamiento Territorial en marcha para la ciudad, se respetara la presencia de las travestis en el sector de Santafé, un barrio en el centro de la ciudad reconocido por la prostitución que allí se ejerce. Dado que este lugar había sido declarado como “zona de tolerancia”, Diana Navarro impugnaba las agresiones de la policía a sus compañeras y los intentos de la Alcaldía local por reprimir el trabajo sexual. En su opinión se estaba mal interpretando el sentido de dicho Plan para excluir a las trabajadoras sexuales (tanto a biomujeres [2] como a las trans) y se estaban violando derechos constitucionales como el de trabajo y el libre desarrollo de la personalidad.


En ambas situaciones hay un sujeto trans (transexual en el caso de Diana y Mario, transgénero o travesti según la narración de Diana Navarro) que trasciende hacia lo público para impugnar asuntos relacionados con un cuerpo que bordea los límites del orden corporal predominante. De entrada hacen explícito que la exclusión percibida se relaciona intrínsecamente con la modificación de su cuerpo en un sentido no previsto por la norma sociocultural de género. Sin embargo, los contenidos específicos que abocan a la movilización son un poco diferentes. En un caso hay una reivindicación de identidad mientras que en el otro se impugna la exclusión de un espacio. Por tanto, la pregunta por ¿cómo se politiza un cuerpo? tiene respuestas relacionadas con las condiciones de posibilidad en cada contexto.


Las reflexiones que presento hacen parte de una investigación que interrogó las dinámicas culturales por las cuales la construcción del cuerpo se torna eje político para ciertas subjetividades de las ciudades latinoamericanas. Me aproximé a personas que participaban de movilizaciones sociales cuyos discursos, acciones, reivindicaciones o luchas estaban explícitamente atravesadas por la pregunta sobre la corporalidad viable en éstas sociedades, en la idea de rastrear la experiencia corporal —la “condición corpórea de la vida” (Pedraza, 2004: 66)— como posibilidad de resistencia a los poderes contemporáneos dominantes, tanto en el plano de las biografías personales como en la acción social colectiva.


Especíicamente me pregunté por la modiicación del sexo y/o el género como politización del cuerpo, asunto que contemporáneamente impacta la discusión pública en América Latina. Para ello, entrevisté líderes trans de México, D. F., entre el 2008 y el 2010, justo cuando estaba en trámite una legislación para el cambio de la identidad de sexo-género en esta ciudad3. En un ejercicio de observación participante también acompañé diversos eventos en que ellas/os planteaban un debate público sobre el tema. Fue explícito que lo transgénero pasaba de ser una cuestión estrictamente personal a una demanda de inclusión y derechos en el ámbito público. En tanto dichas reivindicaciones también emergieron en personas y colectivos trans de Argentina, Brasil, Cuba y Colombia, decidí abordar a líderes de mi ciudad natal, Bogotá, para un estudio comparativo entre las dos ciudades.



[1] Diana Navarro es una mujer trans afro de origen barranquillero, que lleva bastantes años viviendo en el centro de la capital colombiana. Es reconocida como líder de la causa de las trabajadoras sexuales, mujeres biológicas y trans que recorren por las calles o se ubican en clubes ofreciendo sus servicios a un cúmulo de hombres que asisten casi a cualquier hora. Dirige la Corporación Opción, organización desde la cual ha desarrollado varios proyectos siempre en busca de dignificar la condición de sus compañeras de zona. Su trabajo ha implicado desde incentivar el sexo seguro como práctica habitual en el trabajo sexual, hasta propiciar la Mesa Trans que en Bogotá aglutina diferentes actores implicados en el tema: las propias trans, el sector salud, la academia, la policía, etcétera. Su imagen ha aparecido en la prensa nacional denunciando actividades de la mal llamada limpieza social que una y otra vez ha asesinado a travestis de la zona. Actualmente se desempeña como empleada pública en el sector salud.


[2] Emplearé el término biomujer en el sentido planteado por Judith Butler (2006), quien considera que la categoría mujer está conformada por mujeres “biológicas” y también por mujeres trans. Biomujer reiere entonces a las subjetividades femeninas en que la identidad mujer corresponde a la asignación hecha con base en el sexo en tanto dato anatómico de nacimiento.


[3] En México D. F., se aprobaron modiicaciones de ley que posibilitan el reconocimiento legal a la llamada reasignación de sexo-género. Véase Gaceta Oicial del Distrito Federal del 10 de octubre del 2008, en donde se publicaron las reformas al Código Civil para el Distrito Federal.



*Texto tomado del Archivo Documental “Cuerpos, sociedades e instituciones a partir de la última década del Siglo XX en Colombia”. Mallarino, C. (2011 – 2016). Tesis doctoral. DIE / UPN-Univalle.



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