Añoranza y revolución: lo indio, lo negro y lo cholo en lo “santiagueño”
RESULTADO DE INVESTIGACIÓN: Proyecto de Investigación de la Línea Semiopraxis y Discurso de los Cuerpos en contextos interculturales poscoloniales, coordinada por el autor, en el Doctorado en Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Catamarca, Argentina; específicamente del Proyecto de Investigación Mapas y mapeo de las configuraciones de la acción colectiva en sus luchas simbólicas, Grupo de Investigación PIRKA – Políticas, Culturas y Artes de Hacer, Estudio de Caso 1: Un estudio comparativo entre la Minga de Resistencia Indígena y Popular en Colombia y movimientos sociales y políticos en Catamarca y Santiago del Estero, Argentina: música, socialidad y movilización, en ejecución, 2009-2012; y del Proyecto de Investigación Gestión Ambiental en Comunidades Indígenas de la Provincia de Catamarca, PICT2005 35295, FONCyT, UNCA, en ejecución, 2008-2012.
A Gilda, con cariño y gratitud.
Me propongo en este texto establecer un diálogo con un pensador, escritor y militante santiagueño poco conocido y mucho menos reconocido en los ámbitos académicos e intelectuales dominantes: Francisco René Santucho. Su relación con
(lo cual a veces suele considerarse claro qué es lo que quiere decir), hace que sus pensamientos deambulen entre el conocimiento, la socialidad de pertenencia y la política, donde “caer” en el anonimato es derivar en el pensamiento colectivo. Este diálogo, a destiempo, como suelen ser los diálogos con recuerdos, tradiciones orales y discursos escritos (condición tal vez general de todos los diálogos, que, lo sepan o no, están preñados de tiempos), acompaña mi pensamiento (y el de todos quienes leemos este texto ahora) en torno a cuestiones que nos reúnen junto con Francisco René en la rueda compartida. Encuentro aquí aportes, que no dejo de agradecer, sobre la relación entre “cuerpos, estéticas y movimientos sociales” que nos convoca.
Creencias territoriales en pugna.
Los textos de Francisco René Santucho leen e inscriben en su escritura, en los contextos santiagueños, pero también del Norte de Argentina y de América Latina en general, superposiciones territoriales bajo la territorialidad dominante que impone un sentido de “realidad”:
En cuanto apropiación territorial, señala:
La “propiedad” española colonial se monta sobre el sentido territorial indígena local y regional. En un doble sentido: la fundación o la “propiedad” españolas suponen, junto con la tierra, la población indígena que sustenta con su trabajo a la población colonizadora (Santucho, 1962). Retomaremos esta doble apropiación colonial, del territorio y del trabajo.
Y en cuanto rediseño territorial:
El “Cabildo de Santiago del Estero” recorta los territorios indígenas, se impone fragmentando, tapando las redes de interrelaciones y centrando en un nuevo orden; tanto sobre lo prehispánico como después, cuando el espacio nacional redefine la “Provincia de Santiago del Estero”. La “Provincia” se puede ver en acción (sin crítica mediante) en el texto mismo de Francisco René El indio en la Provincia de Santiago del Estero (Santucho 1954); lo cual nos ubica performativamente en un mapa nacional. Y esto produce la apariencia de que en todo caso lo “indio” fuera pensado siempre encapsulado en el mapa provincial. En ambos aspectos, lo territorial trae consigo una imposición de espaciotiempo: el espacio-tiempo lineal y excluyente cristiano-feudal colonial, y luego el “espacio-tiempo vacío y homogéneo del Estado-Nación” (Benjamin, 2010; Chatterjee, 2008; Guha, 2002).
Sometimiento de las artes indígenas.
Francisco René señala que en la economía colonial se produce un sometimiento de las artes indígenas: el hilado y el tejido, la agricultura y la recolección, conocimiento del terreno y construcción. La población local sigue haciendo la obra, transfiriendo las pericias a otros materiales, sometidos a una relación de explotación (Santucho, 1954). Hay allí un hacer sometido y un hacer resistente trenzados: un habitus en los bordes (Bourdieu, 1999: Capítulo 4. El conocimiento por cuerpos), una semiopraxis en silenciosa lucha simbólica (Grosso, 2007a; 2009).
“La pasividad indígena es así una pasividad agresiva y fuerte”, señala Francisco René Santucho en Juan Balumba, un proceso colonial: “La resistencia solapada del indígena es constante y corrosiva. Como era imposible una oposición franca, ya que carecía de derechos suficientes, de ahí las formas sutiles de su pasividad. Una pasividad en contraataque” (Santucho, 1961). Coincide en esto, como es claramente reconocible, con Bernardo Canal Feijóo, quien en la misma época piensa y escribe sobre la configuración político-cultural santiagueña casi en los mismos términos (Canal Feijóo, 1950).