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Las huellas corporales desde la expresión artística: otra forma de expresarte y relacionarte ...



En las últimas décadas se ha buscado que los procesos educativos en las escuelas no se presenten como una realidad paralela a la cotidianidad socio cultural de la comunidad educativa, por esto, se busca que los estudiantes desarrollen en y desde la escuela la capacidad de ver, analizar, entender y aún resignificar los fenómenos particulares de la realidad en la cual viven.


Este trabajo partió de la idea que cualquier intervención educativa, requiere tener en claro cuáles son las características especiales y específicas en las que están insertas tanto la entidad educativa como sus miembros, máxime cuando presenta características no formales, en las cuales se pueda contar con las mínimas condiciones organizacionales, de instalaciones físicas o de una tranquilidad socio cultural y política.


Este es el caso de la institución donde se desarrolló este trabajo de grado. La escuela rural Los Chigüiros, se encuentra ubicada en la vereda La Serranía de la población de Puerto López, en el Departamento del Meta. El número de habitantes de esta población es de aproximadamente 28.000, según el censo del DANE 2005, de los cuales más de diez y ocho mil (18.000) viven en el casco urbano. De los restantes diez mil habitantes que viven en zona rural un gran porcentaje se encuentra en edad escolar. La mayoría de instituciones educativas se encuentran muy alejadas de las fincas donde habitan los niños en edad escolar, por esta razón la Fundación El Amparo, decidió habilitar una finca para albergar a un número de niños y jóvenes, 25 aproximadamente, para brindarles la opción de estudiar y permanecer en calidad de internos en la denominada Escuela Rural Los Chigüiros.


Acercarse a una institución educativa con características tan difíciles y pretender hacer un planteamiento de educación artística, requirió entender, que el arte en contextos rurales, no significa lo mismo que en la ciudad, donde los “ciudadanos” tiene mal que bien acceso a medios de comunicación, museos, y otras formas que los relacionan con el arte o con diversas formas de expresión plástica.


Sin embargo, es en este contexto donde se puede ver mejor que el arte a más de ser un concepto, o una práctica de algunos privilegiados, es una forma de expresión que todos en potencia tenemos, que puede ser canalizada y utilizada para vivirla en sí misma o como excusa o forma de acompañar otros procesos.


Descripción


Escuela Rural Los Chigüiros


A continuación se hará una descripción de las características geográficas, socio-culturales, políticas y educativas donde se desarrolló este trabajo.


La escuela rural Los Chigüiros está ubicada en una zona totalmente rural de difícil acceso ya que sus carreteras aledañas son trochas, razón por la cual casi no hay transportes, sin embargo su ubicación dio la posibilidad a los niños y niñas que habitan en las fincas vecinas, de poder vincularse a este proyecto educativo y continuar aunque de manera precaria con sus estudios.


En cuanto su clima, en esta zona se presenta periodos largos de lluvia, que dificulta el traslado de un lado a otro. La situación económica de los padres de los niños es difícil porque la mayoría de ellos no son propietarios, sino jornaleros de las fincas o sus cuidanderos, lo que significa escasos ingresos económicos. Aquella minoría que son propietarios de tierra tienen una capacidad de producción muy limitada, lo que significa que la tierra suministra apenas el recurso para la subsistencia.


La problemática social es otro factor que fue necesario tener en cuenta para el desarrollo de este trabajo, puesto que la violencia del conflicto armado que vive Colombia desde hace décadas, en este sitio es palpable. La zona se caracteriza por tener presencia de las auto defensas, estas circunstancias han hecho que se presente a la vez mucha violencia intra familiar.


En cuanto a la situación educativa, la escuela desarrolla una propuesta pedagógica para niños, niñas y jóvenes en edad escolar en la vereda La Serranía, municipio de Puerto López (Meta). Es el objetivo de La Fundación el Amparo brindarle al área rural una oferta educativa integral, que reconozca y valore el contexto local, tolerante con la diversidad y comprometida con el medio ambiente. Reconociendo que los problemas de la escuela rural no han sido resueltos por las reformas recientes y porque en esta zona se vive una desigualdad en el acceso a la educación. Desde este proyecto se busca transformar la escuela hacia una “Comunidad de Aprendizaje” que trascienda el espacio formal e institucionalizado que sitúa a la escuela como parte de una comunidad.


La Fundación El Amparo busca desde el arte y el juego, el aprender haciendo, la experimentación y la escuela como laboratorio de ideas, reconociéndolas como bases en las que se apoya el proyecto para la recuperación de la memoria colectiva de la comunidad.


Las metodologías y contenidos pedagógicos están centrados en una visión sistémica que promueve la investigación, la construcción colectiva del conocimiento y una participación activa. Así el aprendizaje se entiende como un proceso continuo, transformador y dialógico que reconoce las habilidades comunicativas y el consenso para llegar a acuerdos que generen transformaciones a partir de la interacción y el ejercicio permanente de la cooperación y la solidaridad entre las personas que conforman esta comunidad de aprendizaje. El trabajo se desarrolló en la escuela-internado Los Chigüiros, que alberga una población de 15 niños, un docente, dos directivos y la persona encargada de hacer la comida.


La Escuela Rural los Chigüiros se concibe como una propuesta pedagógica alternativa e integral, que busca dar respuesta a las necesidades educativas propias del contexto rural y se piense así mismo como una apuesta política y social que favorezca la transformación de la escuela, su entorno y la disminución de las desigualdades que actualmente se convierten en reto para garantizar el derecho a una educación con calidad


Problema


Partiendo de esta caracterización de la escuela rural Los Chigüiros se planteó la siguiente pregunta problema: ¿Cómo se puede a través de la educación artística dar a los niños de la escuela rural los Chigüiros elementos de creación y expresión para asimilar, entender y poder de alguna manera transformar la realidad en la que se encuentran inmersos?


La perspectiva teórica desde la cual se busca responder la pregunta problema, tiene apoyo en las teorías de autores como Poulantzas, Gramsci[1], puesto que estos autores plantean la escuela desde un contexto socio político que invita a reflexionar que la escuela al igual que cualquier otro estamento maneja relaciones de poder y que para llegar a una propuesta donde se busque una mirada diferente, es necesario lograr, por así decirlo, una descontextualización de las relaciones y de la forma de llegar al acto educativo.

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Entrando ya en el ámbito de la significación en la educación artística, se retomaron las ideas de Pablo Romero[2], este autor pone de relieve la importancia de la educación artística como posibilidad de aprender a través de la experiencia del mundo sensible:


“La Educación Artística y Cultural estudia la sensibilidad, mediante la experiencia sensible de interacción transformadora y comprensiva del mundo (…) cuya razón de ser es eminentemente social y cultural” (Romero, 2006: 23)


Para que esto sea posible se requiere por parte del estudiante y del docente el autoconocimiento, la formación conceptual, el desarrollo del sentido de pertenencia y arraigo, de la comprensión de los significados culturales y de su conciencia histórica local y universal.


Este autor pone de relieve lo que se podría denominar una accionar locativo, en el cual la educación artística se piensa, se planifica y se ejecuta desde la particularidad vivencial, con lo cual se posibilita responder la pregunta por las condiciones particulares de los estudiantes de la escuela rural los Chigüiros.


Por otra parte, la investigación se apoyó también en Joseph Beuys ( quien plantea que todo ser humano es un artista por sus facultades creativas, las cuales deben ser reconocidas y de esta manera, estar en la búsqueda constante de su perfeccionamiento, logrando que paralelamente haya un análisis profundo desde el ser y el hacer individual y colectivo siempre pensándose dentro de una sociedad.


La aplicación de la técnica del Calco, permitió por otra parte que los estudiantes pudieran encontrarse de manera directa con el detalle, reconstruir y re-significar la historia de su entorno y a la vez aproximarse a leer las señales, como cicatrices en su cuerpo de manera re-vivencial, a través de la que pudieron, no sólo recordar para sí, sino expresar a los otros (compañeros y maestros) lo que significaban estas señales corporales.


2.1. Objetivo General


Ampliar las posibilidades expresivas y creativas de los niños de la escuela rural “Los Chigüiros” de la Vereda La Serranía del Municipio de Puerto López en el Departamento del Meta, a través de la educación artística, desde las técnicas de calco, posibilitándoles recrear, entender y transformar la realidad en la que se encuentran inmersos.


2.2. Objetivos Específicos


  • Propiciar que los estudiantes reconozcan, revisualicen y resignifiquen su espacio ambiental por medio de las técnicas de calco.

  • Definir la noción de calco en el arte y mirar su acción pedagógica

  • Ampliar las condiciones artísticas e intelectuales de los niños de la escuela rural “Los Chigüiros”.

  • Acrecentar las posibilidades expresivas y creativas de los niños.


Entre las labores que se realizaron para llegar a responder la pregunta y cumplir con los objetivos se destacan:


  • Encuentros con los estudiantes en espacios fuera de los momentos programados que permitieron un reconocimiento más informal de su vida cotidiana como la hora del desayuno, del almuerzo y la hora de dormir. En el periodo en el que se estaba realizando este trabajo monográfico se dio la eventualidad que la escuela se traslado a las fincas donde viven los estudiantes por cuestiones de clima y de apoyo logístico ya que la escuela los Chigüiros maneja internado, así que se aprovechó para visitar ocasionalmente a la familia en los momentos de esparcimiento y descanso.

  • Se desarrollaron 4 momentos. El primero se tituló “el tiempo de los árboles” el cual manejaba un acercamiento a la naturaleza. El segundo se llamó “viajando por nuestro camino”, que a la luz de la cartografía y las convenciones buscaba reconocer los trayectos de las fincas a la 12 escuela y alrededores, con objetos que son referentes a lugares y espacios específicos. El tercero se tituló “preguntando y preguntando el recuerdo voy encontrando” que desde la búsqueda de la tradición oral, pretendía que los niños lograran un encuentro con sus raíces, su historia y desde todos los momentos lograran el encuentro con su ser, con la naturaleza, el arte, la sensibilidad y la capacidad de asombro que tanta falta hace. El último de los momentos se tituló “las entrañas” que pretendía ver las huellas en la naturaleza y descubrir las huellas que deja el paso de los niños por el mundo. En todas estas actividades se trabajó con los niños desde los recorridos, las imágenes, la creación de historias, la toma de huellas, el reconocimiento de espacios, entre otras.


Reflexión Sobre la Realidad


La salida desde Bogotá se hizo más tranquila en el momento en que se resuelve viajar en un campero, ya que solucionó una cantidad de situaciones que en un determinado momento pudieron ser angustiantes y desesperantes, como la distancia que fue acortada un poco, porque la persona que manejaba conocía el camino. También resuelve la llegada, pues un bus normal deja los pasajeros en plena vía principal desolada sin posibilidad de ayuda. Desde allí, solo una vez cada 15 días y con previo acuerdo y a la hora exacta un campero muy antiguo sale al pueblo por alimentos, a una hora determinada recoge al que desee ir a la escuela, eso teniendo en cuenta que la flota llegue puntual; todo esto es a raíz de que la gasolina es muy costosa y el trayecto de la escuela al pueblo es muy largo, por ello casi termina siendo un lujo este tipo de situaciones.


No todos los carros pueden llegar hasta la escuela, no hay camino definido y es muy fácil perderse en la nada porque son hectáreas muy largas y sin habitantes, además como es casi todo trocha, los carros tienden a quedar enterrados en la arena o el lodo, o no pueden pasar por las grietas o huecos tan profundos, es casi un milagro encontrar a alguien que lo ayude.


Salimos a las 11 am de Bogotá y llegamos después de una parada en el pueblo (Puerto López) al anochecer. Al llegar fui ubicada en una habitación a la cual le faltaba el vidrio de una ventana, la puerta no tenía como cerrarse por lo que quedaba ajustada. En otra habitación dormía el profesor encargado. Todo era abierto, los baños quedaban pasando un corredor pequeño y en las noches eran habitados por ranas grandes, la cocina era un lugar donde vivían los murciélagos y avispas grandes y pequeñas, entre este lugar y mi habitación quedaba un solar donde se daban las clases, se desayunaba, se almorzaba y se comía; éste daba a la parte de atrás de la escuela y se conectaba con árboles de todo tipo, principalmente árboles de limón con los que se hacía constantemente limonada con panela o como allá le llamaban “preparada”.


Los servicios públicos como luz, agua, gas, teléfono, son tan comunes en la ciudad que ni siquiera nos detenemos a pensar ¿qué sería de nosotros si nos faltaran?, pues allá no existen, por ser tan lejano y propiedad privada, según la alcaldía, esto no les compete y los habitantes deben ser los que costeen la llegada de estas necesidades.


Todo funciona mientras haya luz del día y a las 6 pm ya las personas se están acostando a dormir, de todas formas hay un plan para trabajar con energía solar que algunas fincas lo manejan. El agua como no es potable sino que se trae del río por medio de mangueras, la que se usa para los alimentos es tratada con un filtro con arena y luego es envasada en botellones a los cuales se les aplica unas gotas para purificar y así lograr que sea tomada diariamente. El gas, se usa en pipetas las cuales se traen desde el pueblo corriendo muchos riesgos; no existe el teléfono fijo y la señal del celular se recibe muy regular solo si se sube a una montaña; hay fincas en las que se debe caminar una hora para subir a un nivel para recibir la señal, esto es muy complicado ya que en esta zona por ser llano casi no hay montañas.


Cuenta la gente que lo peor no es eso, sino la salud, la gente se muere por una simple cortada porque el centro de salud más cercano es en el pueblo y no funciona todo el tiempo, llevando a que la gente se tenga que ir de esta vereda.


Los padres de familia comentan que para trabajar en estos lugares, deben someter a sus hijos a ser enviados a internados con un alto nivel de violencia por parte de toda la comunidad educativa, incluyendo estudiantes; esto si quieren lograr que sus hijos adquieran un nivel educativo, al que ellos no pudieron acceder; pues la otra opción es que se quedaran sin estudio, ayudando en las fincas al papá y a la mamá. Por eso y muchas más cosas más se considera tan importante el proyecto de la Fundación el Amparo.


Ante todas estas circunstancias descritas se decidió que la observación participante era una de las técnicas más favorables para determinar lo que sucedía en el espacio de estudio. Esta observación fue decididamente activa, porque al mismo tiempo que se investigaba, se vivía, lo que determinó unas acciones que se pueden denominar habituales y usuales, con lo que los resultados llegan de la cotidianidad.


La escuela se encuentra ubicada en un punto estratégico, por las condiciones climáticas, queda ubicada en un pequeño bosque de mangos, limonares y demás árboles nativos que lograban cubrir la zona con una sombra fresca del sol tan picante que se presenta diariamente, este es un espacio muy consentido por los habitantes porque no se encuentra tan fácilmente en la vereda dadas las condiciones de llano y también porque los árboles fueron sembrados por ellos mismos.


Al llegar a esta escuela me encontré de cara con una situación trágica: dos días atrás había sido atacada por una llamarada que nació de la nada, destruyó bastantes hectáreas causando un gran dolor y desolación, haciendo sentir a los habitantes tan desprotegidos y solos tratando de controlar esa quema; sin olvidar el riesgo, la angustia y el peligro que corrieron todos, entre ellos, los niños que se encontraban en la escuela. Todo quedó destrozado los árboles completamente incinerados, pasó de ser un bosque y un lugar mágico, alegre a un espacio tenebroso, desolado y triste, no nos alcanzamos a imaginar la cantidad de biodiversidad que murió y quedó sin un lugar donde vivir. A pesar de esto hubo partes que lograron salvarse, permitiendo mantener vivo el espíritu de esperanza y de reconstrucción en la zona, los niños no alcanzaban a entender lo que se había perdido pero si tenían una idea de que era grave.


Para un citadino no es fácil ajustarse a las condiciones de vida de la zona y más cuando se va con un bebé de cinco meses, la experiencia es bella pero llena de angustias. Tuvimos, no sé si llamarlo la fortuna de observar desde muy cerca la arquitectura tan maravillosa que realizaban las avispas reinas de colores rojos y negros, de un tamaño grande por cierto, en nuestra habitación; concluí que llegamos en la época en que ellas ponen sus huevos al ver que todos los días entraban y salían de la habitación para hacer su refugio debajo del escritorio que tenía para trabajar, el sonido era como de un taladro suave, al comienzo es angustiante, no se sabe en qué momento te picarán o al bebé, ya que eran muchas y te las encontrabas por todo lado, pero luego con el tiempo te acostumbras al punto que convives con ellas sin ningún problema, tú en tu trabajo y ellas en el de ellas, te planteas que si en dado caso te pican será bueno para tu salud por sus propiedades.


Otro miedo que se logra de cierta manera manejar es el de la desconfianza, el creer que cualquier noche alguien pueda entrar a la habitación y tanto al bebé como a mí nos pase algo grave, puesto que estamos de cierta manera solas en un lugar muy alejado de todo y de todos, de todas formas a nivel de violencia social nunca estaremos a salvo y más en una zona de paramilitarismo donde no sabemos que pueda pasar el día de mañana. No había noche que durmiera tranquila, más los primeros días mientras me acostumbraba a las sinfonías que nos ofrecía la naturaleza cada noche, igual sabía que debía ser muy fuerte todo el tiempo por mi hija y sus necesidades y para no perder la cordura. Cada momento vivido en este lugar desde la salida de la casa en Bogotá hasta la llegada fue siempre toda una aventura llena de enseñanzas y aprendizaje.


Los resultados que presentaré en el siguiente capítulo son el producto de las diferentes actividades realizadas durante el proceso de la investigación con los diferentes estamentos de la institución educativa.


Entre las actividades realizadas en la escuela se pueden enunciar, la observación participante, la intervención en aula y la etnografía, las cuales se plasman en las entrevistas, el diario de campo, los talleres y los diferentes diálogos informales realizados con los diferentes componentes de la comunidad educativa.


Resultados


Todo lo vivido en ese espacio fue inspirado por las mismas palabras que atrajeron a Joseph Beuys, acuñado en una frase que decía: “protege la llama, porque si no se protege la llama, ¡ay! Antes de que uno se dé cuenta, fácilmente apagará el viento su luz. Rómpete entonces, corazón compasivo, mudo de dolor”. Intimo mensaje dado por Wilhelm Lehmbruck, quien permitió que Beuys comprendiera que todo su trabajo estaba marcado por una gran sensibilidad social, donde no podía ver el arte aislado de lo social. Por esta razón es que Beuys se vuelve un guía importante para todo el proceso de esta investigación, porque más que buscar resultados físicos, nos permitió comprender y buscar cambios, encuentros o reflexiones espirituales profundos en las actividades o los talleres, en las huellas que permitieron desde la abstracción un encuentro con todo este proceso. Y todo esto siempre en unión con la idea de Beuys de hacer saltar las fronteras del arte. La realidad de la investigación se hizo palpable por medio de los talleres trabajados con los chicos, que a continuación se desarrollarán a profundidad.


El proyecto tiene como un punto esencial alejar la idea de que la institución educativa es un dispositivo de control y un centro de poder, que para Foucault restringe y obstaculiza un adecuado proceso en la sociedad. Por lo anterior se decidió que parte importante para modificar esa idea era trascender las fronteras de la escuela, sacándola de lo habitual, con el fin de que ésta fuera parte activa de las dinámicas de la sociedad complementándola, lo que dio pie a que la mayoría de las actividades realizadas, se hicieran fuera del aula.


Las entrañas


Uno de los Momentos: Las huellas en la naturaleza


Objetivo: Descubrir las huellas que deja nuestro paso por el mundo


Las huellas vistas como la marca que deja cualquier objeto o cuerpo sobre un espacio, también son como un recuerdo que permite traer al presente momentos de reflexión, de reconocimiento de la raíz de las cosas, de las épocas y los detalles. Además porque permite reflexionar frente a la propia historia.



Al momento de realizar este taller se presentaron algunos inconvenientes con la persona encargada de la alimentación y el aseo de la escuela, lo que conllevó a que cesaran las clases; por esta situación se tomó la decisión de desarrollar, temporalmente, el ejercicio educativo en cada una de las fincas donde vivían los niños. Así cada recorrido fue muy distinto y en ciertos casos difícil por las largas caminatas que debía efectuar yo bajo el sol y calor para llegar a los destinos, situaciones como cruzar puentes colgantes no muy seguros, los cuales han sido construidos por los mismos habitantes de la zona con materiales rústicos que responden a la necesidad de recortar de dos a cuatro horas de camino pero que no pueden considerar la seguridad de los niños. Para ir a cada finca partía a las 6 am y regresaba a las 6 pm. Era un día entero pasando por zonas de mucha vegetación y por otras muy áridas.


Estas circunstancias reflejaron lo que manifiesta Gloria Pérez, cuando dice que el enfoque cualitativo y el método etnográfico acercan significativamente tanto a la investigadora como a los sujetos objeto de estudio. Esto sin negar que a lo largo del proceso investigativo la cercanía entre estos no haya sido significativa, pero al momento de vivir esta dificultad, la relación fue más fuerte.


La primera finca que visité fue la de Tacunaré. Para llegar allí anduvimos en carro 30 minutos por trocha, después cruzamos a pie un puente de 6 palos de chuapo (material muy parecido a la guadua). Este puente fue construido por don Miguelito, Juan David (el fundador de la escuela los Chigüiros) y otros vecinos. El puente sólo ofrece al transeúnte un alambre para agarrarse, sólo que este es de púas, aparece y desaparece, haciendo que el transeúnte se enfrente a momentos de equilibrio ya que el puente está a una altura de 5 metros. No fue facial cruzar y menos con Wayra, una bebé de seis meses de edad, más maleta y cantimplora, sin embargo logramos llegar. Dicen que en invierno el puente desaparece por el alto nivel del agua, el río se desborda hasta la montaña. En esta finca viven David de 12 años y Jeisson Alexander de 8 años. Ambos con muchas ganas de estudiar. Anteriormente estuvieron en un internado muy lejos de la finca, hablaban de que eran sometidos a castigos crueles como que eran encerrados en el baño hasta el otro día, sin comida y sin luz; eso sin hablar de los olores tan desagradables que debían soportar. También eran golpeados por la maestra con reglas y lápices, debían estar prevenidos de que sus compañeros no les hicieran nada ya que había una tendencia permanente entre los niños a hacerse maldades de unos a otros. La apertura de la escuela los Chigüiros logró que estos estudiantes tuvieran otra vez tranquilidad y vida cerca de sus padres; ahora ir a la escuela implica recorrer en bicicleta un camino de 40 minutos pasando el puente, esta cercanía del recinto escolar les permite a los niños ayudar a sus padres en la recolección de frutas y demás trabajos en la finca. Su madre, doña Adela, habla de que sus hijos son ahora más alegres y tranquilos, les encanta ayudar y hacer las tareas.


Jeisson es un poco más prevenido y para que no lo tilden de cobarde se atreve a todo, esto fue tema de conversación en los talleres. Allí se le mostró que es más rico realizar las actividades que hacerle caso a las propuestas peligrosas de los otros y que es más importante disfrutar de lo que hacemos que escuchar los comentarios malintencionados de los otros.


Es más, estuvo muy contento hablando de las huellas porque pudo contar sus historias, como la de la caída de una moto con el papá cuando tenía un año, o cuando peleó con su hermano y él le pego dejándole una marca en la cara. Marcas que se demoraran o nunca se quitarán de su cuerpo, algo que reflexionó diciendo que debe cuidar el cuerpo. Luego buscó huellas en los árboles, reconociendo que también son marcados por el paso del tiempo y que anteriormente no se veían.


David, por su parte, es un chico que le encanta estudiar y es más seguro sus acciones enfrentando a quien sea con tal de no traicionar lo que piensa. Un ser muy sensible, los talleres los disfrutó al máximo y en el reconocimiento de sus huellas siempre hablaba de que eran heridas resultado de hacer o jugar con alguna cosa, tomándolas como regalos

que le daban.


La siguiente visita se inició después de una noche de eclipse maravilloso, había escuchado que los amaneceres y atardeceres eran hermosos pero nunca me imagine que fueran tanto y mucho menos este eclipse. Al llegar les pedí la actividad que habían realizado con el trabajo de las huellas.


La segunda finca que visitamos fue la de Jeisson Estiven, de seis años de edad y llamada el Tesoro. Para llegar a esta finca tuvimos que andar por una vía paralela a una finca que se llama El Corral.


Jeisson como todavía no sabe escribir le ayudamos escribiendo, sin embargo ha logrado adquirir una buena retentiva y memoriza lo que se le cuenta y así participa con mucho ánimo.


Esneider Sebastián tiene 9 años, es un niño que vive en la finca Apiche. Se le pidió que llegara a esta finca para trabajar los dos. El recorrido es de tres horas a pie, así que salía muy temprano de su finca para que no le diera el sol en pleno recorrido. En la vida de él hay mucha violencia intrafamiliar, él ha sufrido de paludismo y anemia de lo cual apenas se está recuperando. Ir al colegio es huir diariamente de su casa.


La tercera finca queda en los Manantiales, para llegar hay que andar en carro 30 minutos, luego pasar un puente también en Chuapo, bastante peligroso porque está dividido en dos y son solo tres palos, la gente está acostumbrada pero para el profesor y para mí no era fácil y mucho menos con lo cargados que siempre íbamos; luego de pasarlo, un carro nos esperaba y nos llevaba a la finca en 20 minutos, a pie sería una hora y media de camino pasando montañas.


Conclusiones


La introducción al encuentro del cuerpo y el entorno con el arte, logró tomar dimensiones que permitieron una interacción más cercana de los niños y niñas, así como una mirada de su entorno a través de la experiencia con las técnicas de calco. También se logró esa transparencia con cada una de las historias de los niños; con su expresión, con su verdadero encuentro, con las huellas de su cuerpo y con su realidad.


Se logró reconocer el calco como un acción más allá de la técnica, como el elemento que nos permitió mirar más allá de lo que a simple vista se ve, como una actividad para profundizar en nuestro ser y en nuestro verdadero papel social.


Se logró que los niños interactuaran y se manifestaran con las distintas expresiones artísticas mostradas, dando importancia a cada una de ellas al punto de lograr una gran fusión que pudiera estar al servicio de ellos en su paso por cada actividad realizada.


Fue muy satisfactorio que los niños pudieran acrecentar sus posibilidades expresivas y creativas a partir de los momentos vividos, se vio un mayor manejo de sus emociones y lograron comenzar a perder sus miedos dándole paso a la posibilidad de mostrarse tal y como son.


Fue una gran experiencia ya que como docente debe tenerse presente que no solo es ir a cumplir con unas clases, sino pensar en que cada uno de nuestros actos, reflejará la necesidad de construir mejores seres humanos.


Se comprendió que no solo se enseña, sino también se debe estar en actitud para aprender de todo lo que nos rodea, ya que principalmente esto fue lo que permitió que el encuentro fuera bastante enriquecedor.


Por medio de la pedagogía podemos lograr que el conocimiento sea adquirido para el desarrollo del pensamiento con miras a construir una mirada diferente del mundo y así hacer de nuestro medio un lugar mejor.


De igual manera se puede concluir, que realizar una pedagogía de la enseñanza de las artes en sitios con problemáticas sociales tan complejas, como las que se viven en la vereda “La Serranía” de la población de Puerto López en el Departamento del meta, lugar donde se encuentra ubicada la escuela rural lo Chigüiros; requiere buscar estrategias acordes a la situaciones como convertir la pedagogía en una forma de investigación.


Las actividades realizadas a través de momentos, visualizan que en circunstancias especiales los espacios más propicios para enseñar y aprender no son necesariamente las aulas. Por otra parte, este trabajo me permitió verificar las teorías que indican que cada ser humano es un artista en potencia; saber esto y reconocerlo como maestra me permitió crear con los niños y no sólo enseñarles el arte como una técnica.



BIBLIOGRAFIA



[1] Gramsci, Antonio (1978). El concepto de Hegemonía en Gramsci (México: Ediciones de Cultura Popular). Caps. I y V. Págs. 7-24 y 89-111 respectivamente.


[2] Romero, Pablo. (2006). Las competencias en la Educación artística y su importancia para la Transición del preescolar a primero en: LA PEDAGOGÍA ARTÍSTICA. Medellín: Ediarte S.A.


[3] Disponible en: www.wikipedia.org/wiki/Joseph_Beuys, [Consultada: 04/03/2008]


*Texto tomado del Archivo Documental “Cuerpos, sociedades e instituciones a partir de la última década del Siglo XX en Colombia”. Mallarino, C. (2011 – 2016). Tesis doctoral. DIE / UPN-Univalle.


La autora: investigadora creadora en el campo de la corporeidad desde las distintas expresiones artísticas y Licenciada en Educación artística - cegiluna@gmail.com


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