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Cuando el cuerpo danza la palabra no dicha: ¿Puede ser la danza una herramienta de traducción ...


 

RESULTADO DE INVESTIGACIÓN: Trabajo final de la asignatura Filosofía, Pensamiento y derecho Judaico de la Maestría en Diversidad Cultural, UNTREF. Profesora a cargo, Dra. Raminovich Silvana

 

Introducción


“Dance, dance…

otherwise we are lost”

Pina Bausch



Como parte de la Tesis final de Maestría uno de los capítulos a desarrollar aborda la temática del cuerpo y la danza. Es así que este trabajo es un paso previo a esa reflexión final. Para indagar en esta reflexión utilizaré películas y algunos trabajos artísticos desarrollados por coreógrafos que exploran el concepto de cuerpo y aquello que no se puede traducir en palabras.


Sin embargo uno de los problemas a visualizar en esta reflexión tiene que ver con los límites de la relación entre interpretar y traducir, la traductibilidad o intraducibilidad del cuerpo y la relación entre el lenguaje verbal y el lenguaje corporal. En primer lugar se planea indagar en estos conceptos para descubrir, interpretar o traducir cómo era, es y puede ser el cuerpo luego de haber sido objeto de una situación violenta, y cómo puede ser interpretado por medio de la danza.


Las preguntas que guiarán el camino de este trabajo son: ¿qué decimos cuando no hablamos?, ¿es posible interpretar, traducir el silencio verbal, bailando?, ¿qué decimos con nuestro cuerpo que no podemos decir con nuestras palabras?


En el Anexo del libro “Violencia, apoyo a las víctimas y reconstrucción social”, Carlos Martín Beristaín, acerca algunos conceptos claves para poder comenzar a comprender el impacto de la violencia en las personas. El trauma es definido por el autor, “como el choque emocional producido por una experiencia violenta y que deja una impresión duradera”[1]. Esa impresión duradera queda marcada en el cuerpo, deja rastros y gestos propios del dolor producido por esas situaciones. Ese gesto es el silencio de la imposibilidad de decir, de gritar, de hacer palabra el dolor impregnado en el cuerpo. Julia Kristeva dice “escribir sobre la melancolía solo tendría sentido para aquellos a quienes la melancolía satura o si el escrito viniera de la melancolía. Trato de hablarles de un agobio de tristeza, de un dolor intransmisible que nos absorbe a veces, y a menudo, perdurablemente, al punto de hacernos perder el gusto por toda palabra, por todo acto, el gusto mismo por la vida[2]”


Siguiendo lo que dice Julia Kristeva, en la película “La vida secreta de las palabras” la protagonista ha perdido el gusto por la vida, por la palabra y decide no hablar. Es así que el protagonista, ciego momentáneamente por un accidente, intenta indagar en ella, sin poder verla ni escucharla… puede olerla, sentirla… siente su mirada pero no la ve… y se pregunta en qué idioma habla, qué apariencia tiene, por qué es tan callada… que dice con su silencio…


Wilhelm Reich estudió lo que llamó coraza neuro-muscular del carácter[3] esa tensión crónica de la musculatura que involucra al cuerpo y mecaniza el comportamiento a través de disturbios neuro-vegetativos, es decir reacciones y alteraciones corporales y emocionales que se repiten frente a situaciones sociales de violencia[4]. Por otro lado, observó que las emociones y pensamientos tienen siempre equivalentes físicos y viceversa, entonces ¿es posible interpretar, traducir esos silencios verbales expresados solo por el cuerpo?


Si según Reich, una emoción trae consigo cambios en el cuerpo, relacionadas a las contracciones musculares localizadas y modificaciones en la respiración y en la postura física, ¿qué decimos con nuestro cuerpo que no podemos o queremos decir con nuestras palabras?


¿Es sólo un cuerpo?


En esta primer parte de la película donde ella en esta frase deja expuesto un límite entre cuerpo y pensamiento, también se establece un límite que juega entre lo traducible e intraducible del pensamiento por medio del cuerpo. Michel Onfray nos dice al respecto, que “el cuerpo ya no es un obstáculo que separa el pensamiento de él mismo, aquello que debe superar para poder pensar. Es, al contrario, donde se sumerge para alcanzar lo impensado, o sea, la vida. Las categorías de la vida son precisamente las actitudes del cuerpo, sus posturas. ‘Ni siquiera sabemos lo que puede un cuerpo’: en su sueño, en su embriaguez, en sus esfuerzos y sus resistencias. Pensar es aprender lo que puede un cuerpo no pensante, su capacidad, sus actitudes o posturas[5]”.


Es por ello que en este trabajo se reflexiona sobre los sucesos violentos que sean cuales sean, las personas deben enfrentarse con situaciones que provocan, entre tantos otros, sentimientos de rabia, angustia, dolor, confusión, culpabilidad, miedo, por todo lo que les ha sucedido. Es así que uno de los términos que más se utiliza para describir este tipo de situaciones, es el de “trastorno de estrés postraumático”. Según ello, el impacto de las experiencias traumáticas vividas vendría dado por al menos tres problemas: síntomas intrusivos, de imágenes o pensamientos repetitivos sobre el hecho, formas de evitación de los recuerdos y el daño, y el mantenimiento de un estado de alerta sostenido[6].


En la película la protagonista es sorda… víctima de la guerra de los Balcanes.


…estaban pasando cosas horribles, pero no lo creíamos, nadie lo creía, no podíamos creerlo…

Fragmento película “La vida secreta de las palabras”


Se expone la imposibilidad de creer, de entender, de pensar que tales situaciones pudiesen suceder… imposibilidad de racionalizar, de traducir en palabras esas cosas horribles, esas imágenes de violencia…



Es por ello que la artista Kseniya Simonova ilustra con arena, música e imaginación la ocupación alemana de Ucrania durante la segunda Guerra Mundial; las palabras no alcanzan para “decir” el horror y el dolor. El ceño se frunce, se quiebra la voz como si la palabra no pudiese pronunciarse… el cuerpo se tensa a medida que el relato avanza… cierra los ojos como si no quisiese ver lo que recuerda…


Los labios se aprietan, como queriendo ocultar la boca que dice… la cabeza hace sutiles movimientos de negación, no creyendo lo que tiene para decir… se contiene la respiración…


(…) voces como la tuya… uno de ellos se disculpaba mientras sonreía…

Imagina que te violan una y otra vez, mientras te susurran al oído para que solo vos lo oigas…


Fragmento película “La vida secreta de las palabras”


Palabras y sonidos que quedan resonando en el cuerpo, como si éste fuese un gran contenedor de palabras, de susurros, de gestos… recuerdos corporizados que no se pueden olvidar.



[1] Se caracteriza por: existencia de uno o varios hechos impactantes que representan un estrés negativo extremo; producen un gran sentimiento de desamparo, impotencia, de estar a merced de otros; supone la ruptura en la propia existencia, pérdida de seguridad, entre otros. BERISTAÍN Carlos Martín y ROVIRA PAÉZ Darío (2000), Violencia, apoyo a las víctimas y reconstrucción social. Experiencias internacionales y el desafió del país vasco. Ed. Fundamentos.


[2] KRISTEVA Julia (1998) El lenguaje ese desconocido. Introducción a la lingüística Traducción María Antoranz, Editorial Fundamentos. España


[3] Es decir la relación cuerpo/mente y demostró en sus investigaciones como la interiorización del autoritarismo social actúa sobre las posturas y los movimientos corporales


[4] Revista Quilombo “Capoeira, cuerpo y psicología” Líneas de fuga y resistencia (parte II) João da Mata. www.revistaquilombo.com.ar/revistas/67/q67.htm


[5] Revista Quilombo “Capoeira, cuerpo y psicología” Líneas de fuga y resistencia (parte II) João da Mata. www.revistaquilombo.com.ar/revistas/67/q67.htm

La frase marcada en negrita es cita del libro III de la Ética de Spinoza.


[6] BERISTAÍN Carlos Martín y ROVIRA PAÉZ Darío (2000), Violencia, apoyo a las víctimas y reconstrucción social. Experiencias internacionales y el desafió del país vasco. Ed. Fundamentos.




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