Danza y performance audiovisual: símbolos corporales y representación sensorial
Resumen
Dentro de las diversas aproximaciones transdisciplinarias a los estudios sobre el cuerpo durante las últimas décadas, planteamos un vínculo entre perspectivas de la antropología del cuerpo y la representación del cuerpo en la danza. La simbología corporal -causa y efecto de usos cotidianos del cuerpo- y la representación de éste en la producción artística, reflejan algunas hermenéuticas corporales desarrolladas en este proceso. Por medio de ciertas concepciones en improvisación y ecopsicología dirigidas a la composición de movimiento, exploramos las posibilidades de la percepción sensorial -fragmentada o combinada- como elemento compositivo en obras de danza y performance a través de medios audiovisuales.
Introducción – Estudios transdisciplinares sobre el cuerpo
Nada es más misterioso, para el hombre, que el espesor de su propio cuerpo.
(Le Breton, 1990)
En las ciencias sociales y humanas el cuerpo ha ocupado un lugar incierto, como resaltan autores de distintas disciplinas y campos de investigación. Desde finales de la década de 1960 comienzan a surgir tanto en los discursos como en las prácticas, nuevos acercamientos a este objeto de estudio, los cuales implican “la proliferación de diferentes análisis y abordajes sobre el cuerpo”, como afirma María Eugenia García Sottile. En la década de 1970 se transita, por ejemplo, de una ‘sociología implícita’ a una ‘sociología explícita’ del cuerpo; presentándose un proceso análogo tanto en las ciencias sociales y humanas como en la producción artística y su análisis. En un recorrido a través de las representaciones del cuerpo en la danza, Susana Tambutti señala la evolución de las concepciones corporales a las que el pensamiento mecanicista dibujó sus límites durante varios siglos.
A partir de 1950, la búsqueda de una sistematización unificada y fundamentada parece no ser necesaria. Para dominar la naturaleza corporal alcanza con conocimientos fragmentados, con saberes distribuidos en parcelas que no conforman, ni intenta conformar, una unidad. La preferencia actual por lo local más que por lo universal, por lo fragmentario más que por lo sistemático o totalizador, por la multiplicidad de saberes (técnicas) alternativos más que por un único conocimiento fundado, nos ubican fuera de ese academicismo del siglo XVII. (Tambutti, 2008)
En el marco de “los estudios transdisciplinares sobre el cuerpo” (García Sottile), consideramos como vía de aproximación los recursos de la danza y la performance en formatos audiovisuales, campo de amplia producción vigente -videodanza, danza y nuevas tecnologías, networked performance, entre otros-, la cual forma parte de etapas significativas en la historia de la danza y las artes del movimiento, de la tecnología en el arte y de las hermenéuticas corporales.
Perspectivas sobre el cuerpo en la producción artística.
La recurrencia al cuerpo a través de las manifestaciones en el arte de distintas épocas es calificada por Alfonso M. García Hernández como obsesiva. En diversos análisis encontramos referencias al cuerpo como un espacio, territorio o lugar, ambiguo, “a la vez construido y natural, semiótico y referencial.” De un cuerpo como último refugio de la autenticidad, tal como se planteaba en las prácticas de los años setenta hemos pasado a un cuerpo como sostén privilegiado de lo falso, lo artificial, lo simulado y agresivo. (García Hernández, 2006) Desde el enfoque de este autor, consideramos la construcción y simbolización de la corporalidad del hombre, territorio que constituye “una imagen incompleta ante el sujeto, que necesita de la mirada del otro, (…) como un espejo en el que mirarse para sentir restituida su unidad”. Territorio en permanente construcción y deconstrucción, objeto de representaciones a través de las miradas de los otros, representaciones que “quedan fijadas y elevadas a su máxima intensidad en el arte”. Dentro de la problemática implícita en la polisemia del cuerpo, al considerarlo objeto de estudio, una de las metodologías de aproximación -y condición en el análisis de obras artísticas-, es su articulación desde las miradas; la concepción y la percepción de las imágenes que de él tenemos.
García Hernández afirma que en las obras artísticas contemporáneas, desde la mirada del espectador, el cuerpo “se encuentra localizado en el plano de los objetos y goza, como estos, de una cierta exterioridad para quien lo contempla”; no es percibido como un par del cuerpo del espectador. El cuerpo se ha entendido entonces como una noción abstracta, en la que se valoriza sobre todo su imagen virtual, “pero también su capacidad de ser objeto real, y a la vez simbólico, de feroz devastación”. Siempre habrá, en la imagen del cuerpo, una zona oscura y sombría a la cual no hay ningún acceso, zonas calladas, donde el cuerpo no es el cuerpo, o deja de serlo para pasar a ser desmembrado o usado como piezas de recambio, donde el cuerpo es el otro, un extraño a sí mismo. Donde cuerpo y todo establecen sus confusos e inestables límites. (García Hernández, 2006) La transición en el pensamiento y las prácticas durante las décadas de 1960 y 1970, incluye algunas de las modificaciones más significativas en los campos que nos ocupan: los estudios del cuerpo, la presencia de éste en las manifestaciones artísticas y el desarrollo de nuevas tendencias de la danza y las artes del movimiento, contexto en el que además comienza la intensificación del uso de la tecnología en el arte. Es en estos años, a partir de los últimos ‘60 y primeros ‘70 que encontramos una manifestación cultural intensa alrededor del cuerpo como eje de análisis social y foco de interés para nuevas expresiones artísticas, en todo caso, rescatando su dimensión simbólica. (García Sottile, 2007).
Steve Paxton señala las implicaciones del surgimiento de los mixed media, movimiento artístico cuya producción apela a la múltiple percepción del espectador -una percepción combinada o integral-, combinando en un mismo nivel espacial elementos escénicos, visuales y sonoros. Además de la instauración de uno o más géneros o híbridos a partir de ésta y otras propuestas de la época, nos interesa lo que para Paxton es la repercusión más sobresaliente de los mixed media, el “contraste a nuestro uso convencional de los medios y los sentidos”.