LA CONFIGURACIÓN HISTÓRICA Y EL OLVIDO DEL CUERPO COMO IMAGEN
RESULTADO DE INVESTIGACIÓN: Este texto constituye un resultado parcial de la investigación «Hacia una cartografía del cuerpo en el arte contemporáneo», de la que el autor es su investigador principal. Esta investigación está adscrita al Departamento de Humanidades, de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, en Bogotá, Colombia, y es financiada por esta misma institución. Hace parte del grupo de investigación Reflexión y creación artísticas contemporáneas.
Resumen
El ensayo propone esbozar y rastrear, desde una consideración de la filosofía del giro corporal, la idea de que en Occidente habría tenido lugar algo así como un «olvido del cuerpo», en parte endosable a la configuración moderna de la metafísica, particularmente de cuño cartesiano, y que hunde sus raíces en la configuración del platonismo de la realidad, y en su reinterpretación por parte del cristianismo. Empieza por describir algunas instancias narrativas y visuales inherentes a la configuración histórica del cuerpo en algunas imágenes del indígena americano, proveniente de crónicas de viaje de los primeros visitantes europeos a América en los siglos XV y XVI. Con estas instancias se atiende al asunto de la configuración histórica del cuerpo, generalmente reducido a un sustrato objetivo y dado.
Palabras clave: olvido, cuerpo, corporeidad, metafísica, historicidad
Resumo
O ensaio propõe desenhar e traçar uma filosofia do corpo a partir da ideia de que no Ocidente teria ocorrido algo como um «esquecimento do corpo». O artigo traz alguns apontamentos que permitem uma contextualização histórica e narrativa do corpo em algumas imagens visuais de índios americanos e de crônicas de viagem dos primeiros visitantes europeus para a América nos séculos XV e XVI. Com esses casos consideramos a questão da configuração histórica do corpo e, especialmente, a uma caracterização da experiência ampla e diversificada que inclui a palavra «esquecimento» e a expressão «esquecendo o corpo». Ele destina-se a ser uma consideração de filosofia para a configuração do processo histórico de um corpo, que geralmente é reduzida a um determinado alvo e substrato.
Palavras-chave: esquecimento, corpo, corporeidade, a metafísica, a historicidade
Abstract
The essay attempts to sketch and trace, from the perspective of the «bodily turn», the idea that in Western thought something like a «forgetting of the body» would have taken place, in part endorsable to the modern configuration of the Cartesian metaphysics, which is rooted in the configuration of Platonism and its reinterpretation by Christianity. It describes verbal and visual instances inherent to the historical configuration of the body in some images of the Native American, related to travel chronicles of the first European visitors to America in the 15th and 16th centuries. The process of historical configuration of the body is made apparent by these instances, a body that is generally reduced to an objective and given substrate.
Keywords: forgetting, body, embodiment, metaphysics, historicity
El problema que quiero plantear —o esbozar— a continuación se enmarca en las discusiones de las dos o tres últimas décadas, reunidas en torno al «giro corporal», y trata de rastrear conceptualmente la idea de que en Occidente había tenido lugar algo así como un «olvido del cuerpo», en parte endosable a la configuración moderna de la metafísica, particularmente de cuño cartesiano. Involucra una gran diversidad de acercamientos al cuerpo, desde la historia, la filosofía, el arte, por mencionar unos cuantos; y, por otro lado, involucra una serie de matrices conceptuales acerca de lo que consideremos como cuerpo, olvido, memoria, identidad: ¿cómo acercarnos a este problema del cuerpo y de su olvido, no sólo en nuestra vida cotidiana, sino sobre todo en las disciplinas que se ocupan de lo humano? ¿Acaso si empiezo a hablarles de antecedentes históricos y filosóficos, justamente el cuerpo olvidado se nos vuelva a fugar, a esconder, en una especie de travesura burlona que juguetea con el pensamiento? Que el olvido es un poderío, que existe una dimensión activa y transitiva del olvido, ya lo había señalado Nietzsche (1988) en su Segunda Intempestiva: Un día el hombre le pregunta al animal: «¿Por qué no me hablas de tu felicidad y, en cambio, te limitas a mirarme?». Y el animal quisiera responder y decir: «Eso pasa porque siempre olvido al punto lo que quería decir» —pero ya olvidó también esa respuesta y se calló: de suerte que el hombre se quedó asombrado.
Pero se asombró también de sí mismo por no poder aprender a olvidar y seguir dependiendo siempre del pasado: por muy lejos y muy rápido que corra, la cadena corre con él. Es un milagro: el instante, que en un suspiro viene y en un suspiro se va, surgiendo de la nada y desapareciendo en la nada, aún retorna, sin embargo, como fantasma y perturba el reposo de algún instante posterior. Constantemente se desprende una hoja del libro del tiempo, se cae y se va flotando— y de pronto vuelve flotando, posándose en el regazo del hombre. Entonces éste dice «Me acuerdo» y envidia al animal que en seguida se olvida y ve cada instante morir de veras, volver a hundirse en la niebla y la noche y extinguirse para siempre. (pp. 56-57) Propongo, entonces, que nos demoremos en algunas instancias narrativas y visuales inherentes a la configuración histórica del cuerpo en algunas imágenes del indígena americano, proveniente de crónicas de viaje de los primeros visitantes europeos a América en los siglos XV y XVI.
Con estas instancias no sólo quiero atender al asunto de la configuración histórica del cuerpo, sino también a una suerte de caracterización de esa amplia y diversa experiencia que llamamos con la palabra «olvido» y con la expresión «olvido del cuerpo». De ninguna manera intento invadir los terrenos de los historiadores; más bien, intento sólo una consideración desde la filosofía a ese proceso histórico de configuración de un cuerpo que generalmente es reducido a un sustrato objetivo y dado. Empiezo entonces con el intento de delimitar el problema de la producción e implantación de una representación por parte de cronistas, ilustradores y grabadores europeos, del cuerpo aborigen, lo que podríamos llamar las imágenes del «indio».1
Es importante mantener presentes algunos problemas estructurales del proceso de generación de las imágenes por parte de los primeros conquistadores y visitantes del Nuevo Mundo. Entre ellos destacan: el grado de experiencia y conocimiento de la realidad efectiva, esto es, del referente originario del mundo «descubierto», que parecería muchas veces no compadecerse ni con los relatos de los diarios, las crónicas y las cartas; la presencia de una imaginería fantástica medieval, oriental y moderna (piénsese en la imaginería de los bestiarios medievales, de los relatos de Marco Polo, y de las estigmatizaciones propias del enfrentamiento entre españoles y moros), que actuaba como una lente que encuadraba y mediaba la realidad misma a la que asistían estos primeros descubridores; los modos vigentes, al momento del arribo al Nuevo Mundo, de diferenciación del «nosotros» europeo y del otro aborigen, que terminarán por convertirlo en una imagen cambiante entre el buen salvaje, el Adán americano, el caníbal, el pagano y el sirviente; y las concepciones y vivencias dominantes del cuerpo europeo, que servirán de rasero para construir la experiencia del otro y la proyección del cuerpo normativo (piénsese en la impresión ambigua que produjo la desnudez de los nativos, interpretada como miseria, estado de inocencia, estado de salvajismo, hiperpotencialidad y continua disponibilidad sexual, así como otros rasgos corpóreos como la carencia de vello facial, el pelo negro y largo, la claridad de la piel [los primeros españoles esperaban encontrar nativos negros o amarillos, por su imaginario de Oriente y de los moros] y la pintura facial y corporal tanto en hombres como en mujeres amerindios). Ahora bien, estos problemas estructurales del proceso de generación de imágenes se entremezclan con problemas metodológicos en el momento de seleccionar el «corpus» de imágenes del cuerpo que les propongo que consideremos y que buscan responder a nuestra pregunta sobre la proveniencia de las imágenes del «indio».
NOTAS:
1. Con esta afirmación no se está asumiendo ni aceptando que tal proyección e implantación hayan sido garantía de una vida invariable y sin modificaciones de las imágenes del indio. La vida de las imágenes no es tan pasiva como para asegurar su inmediata absorción e interiorización, a pesar de reconocer el fenómeno que antes mencionábamos y que señalaba Frantz Fanon, el de la interiorización, por parte del dominado, de la imagen que construye el dominador. La vida de las imágenes es conflictiva y, hasta cierto punto, impredecible: es necesario considerar las transformaciones de las identidades negativas o impuestas en el proceso mismo de implantación. La supervivencia de prácticas religiosas, por ejemplo, llamadas «paganas» en medio de los esfuerzos de cristianización de los «indios», desarrollará prácticas de clandestinidad, ilegalidad e hibridación, que «contaminarán» las imágenes mismas, así como, para nuestro caso, las experiencias, nociones y representaciones del cuerpo. Sin embargo, éste es un tema que no se desarrollará en el presente ensayo.