Lectura crítica de Maristany, José J. y Peralta, Jorge L. (Comp.) (2017). Cuerpos minados.
RESEÑA DEL LIBRO: Maristany, José J. y Peralta, Jorge L. (Comp.) (2017). Cuerposminados. Masculinidades en Argentina.La Plata: Edulp. 352 páginas.
¿De qué hablamos cuando nos referimos a las masculinidades? La propia palabra ya nos indica que debemos pensar en términos de pluralidad y diversidad. Pero esto no solo es así por lo evidente –la inexistencia de una sola y ahistórica masculinidad- sino también porque este concepto abarca un heterogéneo conjunto de variables y aspectos abordados desde numerosas disciplinas. La interdisciplinariedad, por lo tanto, es indispensable si es que se quiere proponer una respuesta a la pregunta arriba planteada. Este es precisamente uno de los aspectos a resaltar del libro aquí reseñado, que incluye aportes novedosos al campo de las masculinidades provenientes de la crítica literaria, la antropología, la historia, la sociología, los estudios cinematográficos, el psicoanálisis y el activismo.
Sin embargo, el atractivo de la propuesta presentada por José J. Maristany y Jorge L. Peralta no solo radica en esta cuestión. La noción de “cuerpos minados” que da el título a esta publicación hace referencia a la búsqueda de un objetivo, tanto académico como político: “el desmontaje de la masculinidad entendida como categoría unívoca e inamovible, para detectar en cambio sus puntos de fuga, rupturas, contradicciones y discontinuidades” (p. 13). Los diversos artículos orientan su mirada a este objetivo común, indagando en la cuestión de las masculinidades en Argentina -ya sean actuales, de décadas pasadas, alternativas o hegemónicas retomando críticamente en sus análisis diversos estudios y conceptos desarrollados por otros autores/as, proponiendo miradas novedosas y posibles caminos de investigación a seguir indagando.
En relación a esto último, resulta sumamente interesante el primer trabajo de este libro, que conforma por sí solo el apartado “Contextos”. En él, Santiago Insausti y Pablo Ben llegan a la conclusión de que las masculinidades homosexuales y heterosexuales, profundamente distanciadas hace cuatro décadas, han terminado por aproximarse progresivamente hacia los albores del nuevo milenio. Esto los lleva a proponer una cronología diferente a la comúnmente aceptada en el campo de los estudios de género, que sostiene que durante las décadas del sesenta y setenta se habría producido una “revolución sexual” (Felitti, 2012). Sin negar la importancia de los cambios que se produjeron durante aquellos años y apoyándose en la noción de “revolución discreta” propuesta por Isabella Cosse(2010), sostienen que el momento de inflexión se habría producido más adelante, específicamente en la década del ochenta. En los últimos años, según los autores, “las nuevas masculinidades han erosionado la dicotomía hétero/homo” (p. 37). Centrándose más específicamente en la actualidad, los dos trabajos que integran la sección denominada“Activismos” constituyen valiosas reflexiones realizadas en primera persona sobre formas de masculinidad no hegemónicas. Valeria Flores indaga en su propia experiencia como docente lesbiana masculina. Afirma que, si de manera general las lesbianas masculinas constituyen el estereotipo a partir del cual se juzga y discrimina al resto delas lesbianas, en la escuela deben enfrentarse a un sistema que funciona como un “dispositivo de feminización”,encargado de domesticar y reprimir toda forma de disidencia sexual.
Si este trabajo posee el particular interés de resaltar la necesidad de cuestionar y deconstruir la idea de que la masculinidad es una propiedad intrínseca yexclusiva de los cuerpos generizados como varones, las reflexiones realizadas por Federico Abib y Emanuel Demagistris sobre su participación en un colectivo de varones antipatriarcales, permiten plantearnos otras importantes cuestiones, como por ejemplo, cómo puede un varón despojarse de sus complicidades y privilegios patriarcales. Más allá de la descripción de la metodología empleada por el colectivo para este fin, lo que resaltan los autores es que la intención de “deshacerse hombres” no ocurrió sin contradicciones, molestias, desgarres, al mismo tiempo que reconocieron el riesgo siempre latente de que surgieran nuevos privilegios falocentricos en su propia actividad militante.Tres de los artículos que integran el apartado “Discursos” abordan otras tantas cuestiones sumamente importantes en el análisis de las masculinidades: las infancias queer, la vinculación entre masculinidades y política, y la homosociabilidad. En relación a la primera, Alberto Mira se centra en la novela de Manuel Puig “La traición de Rita Hayworth” con la intención de reflexionar sobre las infancias queer. Para esto, parte de las consideraciones teóricas propuestas por Kathryn Bond Stockton (2009) y Judith [Jack] Halberstam (2011). Según Mira, la novela de Puig propone dos estrategias típicas de aplazamiento analizadas por estos autores: la identificación con el mundo femenino y su asimilación de un paradigma de inversión, y la cinefilia queer. Ambas cuestiones son analizadas con la intención de mostrar cómo esta auto ficcion queer se diferencian de otras en las que el niño parece ser simplemente una víctima del entorno. Aquí, en cambio, el personaje “afirma su vida a partir de los materiales recogidos del cine” (p. 107).
En su ya clásico trabajo, Joan Scott (1990) planteaba la relación existente entre masculinidades y política. Marcos Zangrandi analiza esta cuestión en un artículo que enfoca su atención en diversas obras publicadas por David Viñas.Según el autor, en las novelas publicadas entre las décadas del ’50 y ’70 se puede observar cómo la construcción de una masculinidad hegemónica se encuentra fuertemente asociada a liderazgos o proyectos políticos(particularmente de izquierda). Sin embargo, en sus novelas “Claudia conversa” y “Prontuario”, publicadas ya luego del fracaso de los proyectos revolucionarios de izquierda de la década del `70, se observa un intento de revisar los lazos existentes entre dicho fracaso y la construcción de una masculinidad hegemónica. José Amícola, en tanto, busca reflexionar en su trabajo sobre la homosociabilidad a través de la literatura, retomando la definición teórica propuesta por Eve K. Sedgwick (1985). Realiza una comparación entre la obra de Jorge Luis Borges, donde la homosociabilidad es fácilmente reconocible, y la novela “Ladrilleros” de Selva Almada, de reciente publicación.Lo que encuentra en la novela de Almada es que la presencia de un duelo a cuchillo (central en la literatura borgeana y asociada al comportamiento viril) no busca remediar la honra maltrecha de una mujer, sino la de otro varón. Amícola descubre que los modos masculinos solo traen infelicidad a los diversos personajes, proponiendo que la novela constituye un intento de proponer una sexualidad más tolerante consigo mismo, luchando contra los esencialismos genéricos. La sección se cierra, finalmente, con el trabajo de José Antonio Ramos Arteaga, en el que reflexiona sobre los mecanismos a partir de los cuales Rafael Spregelburd busca problematizar y deconstruir las masculinidades hegemónicas en su tetralogía teatral “Los verbos irregulares”.Las dos secciones restantes (“Imágenes” e “Imaginarios”), continúan en la misma dirección, abriéndonos camposde indagación posibles y planteándonos sugerentes interrogantes. Ariel Sánchez propone detenerse en los rostros de ex combatientes de Malvinas de una muestra fotográfica.
Se plantea una pregunta: si sabemos de las ligazones existentes entre masculinidades, heroísmo y nación, ¿qué nos dice la fragilidad que denota cada imagen, cada mirada? ¿Podemos pensar que la impenetrabilidad de lo masculino queda, al menos por un instante, en pausa? ¿Qué las fronteras de lo masculina se tornan difusas? Fermín Acosta y Lucas Morgan Disalvo, retomando los aportes de Lynn Hunt (1996) y Carlos Figari (2008), vuelven a introducir la cuestión de la frontera en su análisis de Eroticón,publicación pornográfico-humorística de la década del ochenta. La pornografía es concebida como una zona fronteriza donde se disputa lo “mostrable”, y una forma de modulación y regulación de las practicas eróticas en la constitución de los géneros. La conclusión a la que arriban es que la revista dista de ser un espacio homogéneo: por el contrario, en sus páginas la masculinidad hegemónica cobra forma solo para, a continuación, perderla. Las diversas formas en las que las estructuras económicas y laborales interactúan con las masculinidades son analizadas por Carolina Rocha e Irene Meler en sus respectivos trabajos. La primera de ellas sostiene que películas como “Un lugar en el mundo” y “Martin (Hache)” muestran que la década del noventa marcó el final de un tipo de masculinidad asociada con el estado paternalista, en el cual los “letrados” tenían funciones claves. En su lugar,habría surgido un nuevo modelo de masculinidad moldeado por las fuerzas del mercado. Irene Meler, en tanto,retoma la noción de masculinidad hegemónica propuesta por Raewyn W. Connel y James Messerschmidt (2005),para centrar su atención en los varones que ocupan posiciones corporativas. Indaga en el modo en el que la posición laboral que ocupan se vincula con las relaciones de intimidad que poseen con sus hijos/as, con sus esposas y con sus amantes, con la intención de demostrar la vigencia que aún conservan en la actualidad los arreglos patriarcales.
¿Qué sucede cuando prestamos atención al paisaje en una película y lo interrogamos desde los estudios de las masculinidades? Lucas Martinelli analiza el film “La León”, cuya historia se desarrolla bajo el telón de fondo de la tala de la madera, asociada tradicionalmente a cuerpos viriles y precarios.
Pero lo interesante de la película, según este análisis, es que inscribe en este paisaje el deseo homoerótico, desbordando los límites de la masculinidad. Otra pregunta: ¿es el argumento de “Solo” una regresión hacia poéticas homofóbicas o un avance hacia una normalización de la narrativa homosexual? Alfredo Martínez Espósito reflexiona en su trabajo sobre esta película,en la que la historia de amor entre Manuel y Julio culmina con el asesinato de este por parte de aquel.Inscribiéndola dentro de la cinematografía internacional queer, propone que esta película puede ser una señal de un estado de mayor normalización, en el que un personaje homosexual pueda ser un villano sin que esto necesariamente suponga un juicio negativo sobre la homosexualidad.No parece ser casualidad que el trabajo de Norberto Gómez que marca el cierre de este libro plantee la necesidad de apelar a lo “no-isomorfo” y a lo “no-automorfo” en lo que respecta a las masculinidades. No-isomorfo: dejar abiertas, realizables, y sin quitarles existencia a las diferentes masculinidades. No-automorfo: permitir que cada masculinidad sea en su contingencia una masculinidad en devenir. Ambas cuestiones están presentes en este libro ya desde su título.
Como dicen sus autores, “Los <cuerpos minados> (…) deben entenderse como cuerpos abiertos,fluidos, múltiples (…)” (p. 12). Cada artículo, siguiendo esta afirmación, nos ofrece un nuevo campo de indagación, nuevos interrogantes, nuevos conceptos, que terminan demostrando cuan amplia, diversa y compleja puede ser la respuesta a la pregunta planteada al principio: de qué hablamos cuando nos referimos a las masculinidades.
Referencias bibliográficas
Connell, Raewyn [Robert] y Messerschmidt, James W. (2005). Hegemonic Masculinity: Rethinking the Concept. Gender & society, 19(6), 829 – 859.
Cosse, Isabella (2010). Pareja, sexualidad y familia en los años sesenta. Buenos Aires: Siglo XXI.
Felitti, Karina (2012). La revolución de la píldora. Sexualidad y política en los sesenta. Buenos Aires: Edhasa.
Figari, Carlos Eduardo (2008). Placeres a la carta: consumo de pornografía y constitución de géneros. La ventana, 3(27), 170-204.
Halberstam, Judith [Jack] (2001). The queer art of failure. Durham: Duke University.
Hunt, Lynn (1996). The invention of pornography. Obscenity and origins of modernity, 1500-1800. New York: Zone Books.
Scott, Joan (1990). El género: una categoría útil para el análisis histórico (pp. 23-56). En Nash, Mary y Amelang, James (eds). Historia y género: las mujeres en la Europa moderna y contemporánea. Valencia: Alfons el Magnanim.
Sedgwick, Eve Kosofsky (1985). Between men. English literature and male homosocial desire. New York: Columbia University Press.
Stockton, Kathryn Bond (2009). The queer child. Durham: Duke University.
NOTA DEL BLOG: Puede comunicarse con los autores del libro aquí:
jlperaltagaitan@gmail.com / https://unlpam.academia.edu/JorgeLuisPeralta